Sole Zeta
17-02-2025 17:01

El viernes 14 de febrero de 2025 un terremoto sacudió las redes, que últimamente son una de las arenas principales de la política: el presidente Javier Milei promocionó una criptomoneda, que en teoría serviría para financiar proyectos de desarrollo en el país. El evento desató una fiebre especulativa que duró muy poco: horas después, el valor del título digital había caído a prácticamente nada, mientras que los creadores de la moneda habían vendido sus posiciones para comprar criptodólares.

El impacto político no se hizo esperar: inmediatamente aparecieron pedidos de juicio político por infracciones a la ley de ética pública. Y sí: debe ser la primera vez que un presidente en ejercicio promociona de manera tan descarada una estafa tan evidente. Dos figuras que concentraron la atención fueron Axel Kicillof, que acusó a Milei de perpetrar “una estafa piramidal”, y Cristina Fernandez de Kirchner, quien habló de “un esquema ponzi”.

Pero ambos están equivocados. La estafa cometida por Milei no entra en ninguna de esas categorías, que tampoco deberían confundirse entre sí pese a que se usan como sinónimos. ¿Y qué es, entonces? Bueno, antes de ver eso alejémonos un poco para entender la gran categoría a la que pertenecen estas estafas.

Gordos no pasa nada vs gordas se viene

La teoría del tonto mayor

En el mundo financiero se puede hacer muchísimo dinero comprando un activo sobrevaluado… siempre y cuando se pueda encontrar a alguien dispuesto a pagar aún más. Este principio es el motor de un sinnúmero de estafas y defraudaciones. Los detalles varían, pero siempre tienen esto en común: involucran la inversión en algo sobrevalorado (¡o muchas veces inexistente!) asumiendo que se lo van a encajar a alguien más tarde.

Notoriamente, este tipo de comportamientos no siempre son una estafa. Pensemos en, por ejemplo, coleccionables: yo podría comprar un comic antiguo muy por encima de su valor de uso (porque si lo que me interesa es leerlo, puedo ir a una reimpresión o una edición digital) asumiendo que el día de mañana otro coleccionista pagaría más. Las burbujas financieras o inmobiliarias también son consecuencia de esta clase de razonamientos: invierto en X cosa, aún si creo que no vale tanto, porque pienso que mañana alguien estará dispuesto a pagar todavía más.

El mundo cripto está plagado de esta clase de pensamiento… y de hecho, de acuerdo a Bill Gates y Warren Buffet, ES esto, por tratarse de activos sin ningún tipo de valor inherente, sino puramente especulativo.

¿Qué es una estafa Ponzi?

Carlo Ponzi

Carlo Ponzi

En la década de 1920 un italiano radicado en Estados Unidos llamado Carlo Ponzi tuvo una epifanía. En ese momento la Unión Postal Universal emitía Cupones de Respuesta internacional, una forma de pagar el franqueo de una carta desde otro país. Por ejemplo, él podía mandar una carta a su familia en Italia e incluir un cupón dentro del sobre El receptor podía ir a su oficina de correo local y canjearlo por estampillas italianas, para de esa forma pagar el precio de enviar la respuesta a Estados Unidos.

Sin embargo, ese precio variaba entre regiones. Era mucho más barato comprar un cupón en Italia que en Estados Unidos. El plan de Ponzi era sencillo: comprar cupones en Italia, mandarlos a Estados Unidos, allí cambiarlos por estampillas locales y después venderlas. Algo así como lo que pasaba en los buenos tiempos de Steam en pesos argentinos (QEPD).

El plan era plausible, pero Ponzi necesitaba capital para llevarlo adelante. Sin embargo, lo turbio del negocio y los antecedentes penales de Ponzi le hicieron imposible conseguir un préstamo bancario para cubrir la inversión inicial, así que Carlo debió acudir a inversionistas privados. Y la propuesta era extremadamente atractiva: ofrecía duplicar el capital en 90 días.

Ponzi consiguió casi una veintena de inversionistas en su primer mes de operación, y pagó sus intereses en tiempo y forma… con dinero ingresado por una segunda camada de accionistas. Al recibir excelentes rendimientos, los ahorristas iban sumando capital e invitando a amigos. En muchos casos las ganancias eran reinvertidas, sumando al flujo de caja de la empresa. En medio año ya había recaudado dos millones y medio de dólares (que, ajustados por inflación, serían cerca de 40 millones actuales). Y pronto empezó a recaudar más de un millón diario.

El problema es que el negocio original resultó ser inviable: no había manera de convertir las estampillas estadounidenses en dinero, por más que su valor nominal fuera superior al de sus equivalentes italianas, y el volumen total del negocio nunca hubiera podido ser tan grande como para justificar las inversiones millonarias. Sin embargo, mientras siguiera entrando dinero al sistema, podía pagarle a los inversionistas.

El pecado de Ponzi fue crecer demasiado: su operación se volvió muy evidente, y tras despertar la atención de periodistas y autoridades fue preso y luego deportado. En su honor (?), llamamos esquema Ponzi a cualquiera que siga este patrón: pagarle a los primeros inversores con el dinero de los nuevos que van entrando. Un buen ejemplo contemporáneo es el de RainbowEx, la estafa que hizo estragos en San Pedro durante 2024.

¿Qué es una estafa piramidal?

Estafa Piramidal

La pirámide es un sistema similar al Ponzi en que en ambos la ganancia de los primeros participantes se cubre con el aporte de los últimos. La diferencia radica en la descentralización y el uso de la progresión geométrica para maximizar ganancias para los organizadores.

En una estafa piramidal, una persona convence a varias otras de que le den dinero. Esas dos, a su vez, ganan el “derecho” a pedirle a nuevos miembros que se sumen a aportar dinero debajo de ellos. Cada integrante de la pirámide gana en la medida que más y más víctimas sigan ingresando por debajo de su nivel. El problema es que esta estructura es insostenible: la misma progresión geométrica eventualmente agota la cantidad de aportantes posibles. “Si vos convencés a dos personas, y estas convencen a otras dos, etc” no suena a TANTO, pero en pocos niveles ya llegaste a miles de afectados.

Por supuesto, mucha gente ya entiende que este tipo de sistemas son estafas, por lo que las estafas piramidales buscarán disfrazarse de otra cosa. Un ejemplo habitual es la venta multinivel, en la que si bien hay un producto físico cambiando de manos, el verdadero negocio es incorporar a otra gente que venda debajo tuyo. Otras veces, es tan sencillo como cambiar la forma en la que se explica el sistema, como por ejemplo en el telar de la abundancia, que representa a los distintos sistemas como un mandala, pero funciona exactamente igual.

(esta mina es senadora nacional por Santa Fe. Si, del PRO, cómo sabías?)

¿Qué es un pump and dump?

A diferencia de los dos modelos anteriores, que pueden realizarse de forma “casera”, el pump and dump (“inflar y abandonar”) es un tipo de estafa que demanda acceso a algún tipo de mercado de capitales. Históricamente fue muy asociado a títulos de bajo valor, pero hoy en día la herramienta más común son las criptomonedas.

Para realizar un pump and dump, el estafador primero compra un activo financiero. Puede ser una acción, una crypto, lo que sea, pero lo ideal es que se trate de un valor con poco movimiento. En segundo lugar, se busca manipular el mercado, haciendo subir el precio. Puede haber acciones coordinadas de compra, tácticas de venta agresivas a gente sin información, acciones en redes sociales, etc. Lo que importa es que, por presión de compradores, el título suba sustancialmente.

Una vez que el valor llegó al precio deseado, los iniciadores venden todo su stock. Esto es el “dump”. Ahí comienza una espiral descendente de precios: nadie quiere quedarse al final de la fila. Obviamente, hacia afuera los organizadores de la estafa seguirán llamando a comprar, hasta que sea evidente que el valor inflado nunca va a recuperarse.

El mejor ejemplo de este delito es El Lobo de Wall Street: Jordan Belfort y sus secuaces se dedicaban a vender acciones de empresas ignotas a precios inflados a ahorristas desprevenidos, para luego deshacerse de su propio stock a ese valor ridículo.

 

¿Qué es un rug pull?

Finalmente, llegamos al “rug pull” (“Tirón de alfombra”). De todas las estafas que vimos hasta ahora, es la más parecida al pump & dump. Al igual que en esa, depende de la existencia de un activo financiero (en este caso, siempre son criptos), y también se produce una burbuja inflando el valor de ese activo. Sin embargo, hay una diferencia: en el “rug pull”, los que abandonan el barco son los creadores de esa cripto.

Pensémoslo de esta manera: una criptomoneda es un activo digital cuyo único valor es la percepción de los demás. Una manera de generar confianza es que exista un “pool de liquidez”, una reserva de otras criptomonedas más confiables o estables por las que se pueda cambiar el token en cuestión. Simplificando mucho, son algo así como las reservas del Banco Central pero en versión cripto. Este pool de liquidez crece con las compras realizadas por los nuevos tenedores de cripto

En un rug pull, un desarrollador inescrupuloso promocionará su propia moneda, inflando su valor con los mismos métodos que en un pump and dump. Cuando el valor esté inflado, este delincuente canjeará su propia reserva de la criptomoneda, esa que aseguró que jamás vendería, por las reservas del pool de liquidez, para prontamente desaparecer de la faz de la tierra.

Justamente este tipo de defraudación es lo que presenciamos con el meteórico ascenso y caída de $LIBRA. ¿Por qué? Porque apenas cinco cuentas se repartieron el botín, de unos 87 millones de dólares. Y esas cuentas son las que acapararon el token auspiciado por Milei desde el inicio de las operaciones públicas del mismo (casi en simultáneo con el tuit del presidente). No sabemos sus nombres, pero lo esperable es que sean las voces cantantes del proyecto. ¿Se tratará de Julian Peh, responsable de Kip Protocol, la empresa detrás de $LIBRA, que tuvo su reunión con Milei el octubre pasado? ¿Podría ser Hayden Mark Davis, de Kelsen Ventures, quien también tuvo su foto con Milei en Casa Rosada hace apenas un par de semanas, cuando fue presentado como “gurú crypto”? ¿Tal vez el propio Milei, o personas de su entorno más cercano?

Hoy es imposible saber. Lo que si sabemos, aunque se esfuercen por negarlo, es que fue una estafa.

Hay que sostener a Milei


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Sole Zeta
Co-editora de este antro. Nerd profesional. Estudiante tardía de gamedev. Además soy trans.