Libertarios: No superar la secundaria

Libertarios: No superar la secundaria
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Libertarios: No superar la secundaria

Estoy seguro que todos conocemos a alguien cuyo pasar por la secundaria fue tan bueno, que decidió que quería “quedarse ahí” para siempre.

Hay un puñado de sujetos que suele añorar esa etapa en la que todo le salía bien: gozaban de cierta popularidad en el grado, tenían su grupo de amistades, les iba a bien con el género opuesto y, en los estudios, incluso sin destacar, solían resolverse sin mayores dificultades (o no, pero les chupaba un huevo).

Ojo: no significa que seguir en esa en tus 30’s (o más) sea del todo bueno.

Hay una sensación a veces de eterna adolescencia, de no ampliar el abanico de amistades, de seguir tirándole onda a las mismas personas, de estar mentalmente en un eterno viaje de egresados.

Pero eso es tema de otra nota. Acá voy a hablar de su contraparte.

Libertarios Secundaria

Agustin Laje. Yo también viviría muy resentido si tuviera esa cara.

Los rechazados

Así como hubo gente que la pasó genial en la secundaria, hubo otra para la que fue un infierno.

Tratados como “raros”, con pocos o ningún amigo, cero deseables para el género opuesto. A veces ni siquiera eran de los destacados en los estudios.

Suele ser algo normal romantizar el desenlace de las historias de bullying, con la víctima saliendo airosa de la situación para eventualmente convertirse en un adulto exitoso y bondadoso a pesar del infierno vivido.

La realidad, sin embargo, demuestra ser otra.

No son tan frecuentes los casos de las víctimas de bullying que salen “mejores” para ser grandes personas en el futuro, sino más bien, lo que suele resultar de esa fórmula de acoso, es una suerte de monstruo con poquísimas habilidades sociales y/o mucha sed de venganza (encima, mal dirigida).

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Juan Pablo Carreira (Juan Doe). Hoy cobra del Estado. En la secundaria cobraba de sus compañeros.

Salidos de un cómic

Una historia que suele repetirse cuando se desarrolla el lore de los villanos de cualquier obra habla de un pasado lleno de violencia y acoso en todo ámbito (familiar, escolar, o incluso laboral), quedando con un trauma y odio tal que solamente quieren causar el mayor daño posible.

LLA, en prácticamente todas sus líneas, tiene a personajes que parecieran encajar a la perfección en ese perfil.

Me cuesta mucho creer que gente como Milei, Adorni o Agustín Romo hayan tenido un paso por la secundaria al estilo del mariscal de campo de las series de adolescentes yankees que salía con la líder de las porristas.

Lo mismo para el caso de muchos de sus influencers, como Daniel “Fegocaguil” Parisini (A.K.A. Gordo Dan), Fran “Chanchita Corredora” Fijap o “Portate Bien” Pistarini.

Toda gente rota, ya sea por recibir demasiado bullying (o muy poco) o simplemente no lograr un vínculo sano con nadie, y cuyo sueño no es terminar con ese hostigamiento, sino pasar a ser ellos los hostigadores.

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Manuel Adorni, el vocero con hidrocefalia y fan del nepotismo.

La Liga del Mal existe

En estas circunstancias, resulta que muchos de estos sujetos se conocen y empiezan a compartir espacio e intereses en común. Se podría pensar que buscarían, al menos un poco, hacer el bien.

Pero sabemos cómo funcionan las cosas cuando los tontos, aparte, son hijos de puta. Tendemos a pensar que son características excluyentes, pero no, todo lo contrario, se potencian.

Que sean tontos los hace permeables a ser influenciados por gente más inteligente (y mala); y lo hijo de puta los desinhibe de hacer cualquier tipo de daño.

Si ya de por sí conformando grupitos pueden ser una suerte de “La venganza de los nerds” pero protagonizada por pelotudos, imaginen si logran poder, relevancia y capacidad para influenciar a otros.

Les dan horas de TV, exposición y recursos, y logran que uno de ellos llegue a la Presidencia de la Nación…

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Daniel Parisini (Gordo Dan). Pensar que hay tipos que le tienen terror a este opa que es idéntico a Mimsy de South Park.

Los “bulleados” al poder

Del psiquiátrico okupa del Sillón de Rivadavia se saben varias cosas de su pasado. Entre otras situaciones no deseables, se sabe que sufrió bullying en la primaria y la secundaria, que tuvo un padre violento, y que le fue rechazada la renovación de su pasantía en el BCRA.

No es de extrañar que alguien con semejante nivel de rechazo en su juventud tuviera claras dificultades para generar vínculos sanos. Con 54 años, nunca se casó, nunca tuvo hijos y siquiera se le conocen amores del pasado de relativa duración.

Eso dejando a un lado los rumores para con su hermana, o las circunstancias extrañas en torno a sus perros.

En la actualidad, pareciera estar constantemente queriendo reparar las secuelas de aquellos años.

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Fran Fijap. Un día normal en el colegio para él era quedar así.

El rechazo de otrora busca sanarlo con una suerte de vida de rockstar tardío: viajando por el mundo, conociendo a sus ídolos, dando discursos con una parafernalia y seguidores dignos de un culto alrededor. Hasta se dio el lujo de “dar un recital” para ese mismo público.

Las constantes dudas y rumores sobre su vida sentimental (y sexual) las busca tapar constantemente con parejas que, en lugar de despejar las mismas, las acrecentan.

Previo a meterse de lleno en la política, fue la cantante Daniela. Luego Fátima Florez en pleno año de campaña presidencial. Y lo es más acá en el tiempo con Yuyito González (su crush de la adolescencia).

Con las últimas dos hubo una necesidad constante de mostrarlo como alguien sumamente viril, como alguien que le llueven mujeres a base de ser un tipo tremendamente exitoso. Es entendible: la porción incel de la población ve en él a un ejemplo a seguir, y les da esa idea de que, si él pudo, ellos también.

Sus propuestas de quemar el Banco Central desde antes de siquiera ser candidato a Diputado Nacional, idea que rápidamente murió con su victoria presidencial consumada, reflejaba un claro resentimiento al rechazo de la renovación de su pasantía como economista, algo que en muchos casos suele prolongarse por un período más.

Suele pasar cuando te recibís en un lugar de dudoso prestigio como la Universidad de Belgrano, porque fuiste irremediablemente paseado en la UBA por burro.

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Marco Palazzo (Marcomunica) diciéndonos con la mirada que son las 10:10

Deseos de venganza

Con todo ese background, Milei decidió hacer el camino del villano que sólo quiere ver el mundo arder.

Ve enemigos en cualquiera que le recuerde sus traumas: jubilados, mujeres, científicos, etc.

Es gente que refleja lo que alguna vez le hizo daño (sus padres, las mujeres que le dijeron que no, gente que es exitosa en lo que estudió).

Milei es débil, y está rodeado y asesorado de gente astuta y poderosa que le presentan nuevos enemigos a quienes odiar y proponerse exterminar (disidencias, pobres, inmigrantes).

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Ni una secundaria plagada de bullying les enseñó que no hay que hacerse los vivos si no se la bancan.

Muchos de esos personajes siniestros son admirados por Milei, como Donald Trump y Elon Musk, y en su afán de caerles en gracia, no tiene problema en hacer el ridículo ante los ojos del mundo.

No es casualidad su discurso contra la llamada “Agenda 2030”, antiprogresista, anti-zurdos, anti-LGBT, fascista y negacionista en todo ámbito.

Cuando creciste sin padres que te contengan, sin amigos y con una constante sensación de rechazo, es un camino más que posible el de ser alguien vengativo.

Todo sea por volver a la secundaria y ser, al menos por un rato, el chico más popular.


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