La dicotomía de gordos

Como ex bloguero y actual twittero en vías de consulta psiquiátrica, arranco la siguiente disertación, que apunta a cambiarles la vida para siempre, o por un rato al menos, con una cita del filósofo polaco Zygmunt Bauman en su texto Vida Líquida: “A las 4 vos te vas, 4:30 yo llego, golpeo con carpusa, que no toree el perro”. 

Claramente el tema a tratar hoy tiene que ver con la vida líquida, con la relación de los individuos con la información, los fenómenos de la realidad, la comunicación, la ansiedad, y lo más importante: con quedar como unos capos o no. La eterna dicotomía entre EL GORDO SE VIENE Y EL GORDO NO PASA NADA

Nrai la vio antes que nadie. Quizá porque este sea un conflicto de ex blogueros.

El origen de la cuestión

Es loco pensar que todo esto se haya originado de una nube de gas y polvo, que millones de años después generara una masa de gente histérica, explotada, con disforia de clase y que para tratar de no caer al abismo autodestructivo sea a través de memazos y grandes frases. La respuesta a todo esto es CAPITALISMO Y NEOLIBERALISMO (TLDR). 

Esta clarísimo que hoy, lo que buscan conquistar aquellos con poder e influencia, es el tiempo y el lugar en la vida de los consumidores, estos últimos empiezan a relacionarse ya no como espectadores o como individuos sociales/comunales, sino como un cliente al que le brindan un servicio, el cual deja una Google Review, onda “Buena sesión del congreso rey, LOSPENATTO LA ROMPIÓ TODA”, a pesar que eso implique pérdida de derechos humanos básicos. 

No hay una foto en el buscador que no esté haciendo un gesto. Eso sí, adivinen el voto.

Esto que vemos son las reglas actuales de juego, todo pasa por las redes, y a su vez, por el ego propio, que se defiende y ataca a los fenómenos de la realidad de diferentes maneras, como un intento de supervivencia, y porque bueno, los jijos tienen que estar garantizados.

Ahora, en este territorio minado, este Kosovo asediado de bombas meméticas y bots de medio oriente con escasa conjugación al español, surgen dos facciones de reconocido linaje,  que en el territorio de lo discursivo han tomado carácter de memepower: Los Gordos Se Viene y los Gordos No pasa Nada.

No me olvido que durante fines del 2023 se había hecho mini tendencia tratar de convencer que este cosplay de Piki Blainder era JOT. ¿Tiene que ver con la nota? No sé, un poco sí.

El hombre tiene dentro dos lobos: Uno Boludo y el otro también.

El pasado mes han ocurrido una sucesión de acontecimientos de política nacional con consecuencias internacionales, los cuales han sacudido  cimientos de la estabilidad psiquiátrica social del país. Un presidente votado tres veces en una misma elección, el cual casi todo acto político que ejerce puede ser respondido con el reconocido twit “ya tuvimos esta conversación, etc. Etc.” terminó involucrado en un escándalo de estafa cripto. Una estafa global, en la que para colmo de males, todas las fotos del implicado son con ese plano horrible choreado de Kubrick, lo cual puede quedar bien para el cine, pero que como pueblo no merecemos tal crimen estético. Obviamente por el hecho (nupcial) empezaron a salir las personas y a posicionarse dentro de las dos vertientes, el que cree que no va a pasar nada, y el que cree que va a ser un cambio histórico.

En este sentido, surge primero (y de manera más interesante) el GORDO SE VIENE, un sujeto con una relación optimista de la realidad. Optimista y psiquiátrica, que siempre se encuentra esperando que pase algo, que cambie algo. Un esperando a Godot pero con la cuenta de twitter en la mano, puteando porque el naziword de Elon Musk no solo rompe la plataforma sino el entramado social.

El gordo se viene es un gran amigo, seguramente de los signos de tierra y agua, pero siempre sostiene una relación extraña con la realidad, está esperando algo, con la certeza absoluta que va a pasar, quizá en una magnitud escasa y diferente, que no sea satisfactorio para todos, pero siempre va a estar alerta al desenlace de los eventos, para regodearse,  porque en el fondo hay emoción respecto a que las cosas son dinámicas, que la sociedad se mueve y todo parecería ir hacia algún sentido, aunque el sentido sea un bardo.

Beto Quantro uno de los primeros Gordo se Viene. Hoy haría la misma canción, pero con sonido punk

Por otro lado tenemos la antítesis, el GORDO NO PASA NADA, es un forero de guante blanco, que prefiere mantener el glamour del aplomo y la indiferencia antes que mancharse de expectativas inconclusas. Quizá una persona que en algún momento abrazó con optimismo un cambio que no llevó a nada (Votar a Alberto).

Esta relación con la realidad, claramente cercana a los signos de Aire y Fuego, demuestran a un amigo confiable, pero que prefiere mantener las formas de la incredulidad y el pesimismo, antes que abrazar la febril esperanza de que algo cambie poco. Para el GNPN el cambio tiene que ser sustancial, o no paso nada, onda si no termina en Toma de la Bastilla y Revolución armada, entonces no paso nada. Una especie de paladar negro de los fenómenos históricos y contemporáneos.

Si, ya lo vieron, no lo pueden desver.

La vida en redes ha permitido que más o menos uno se pueda decantar por una postura de “calentura apocalíptica”, olvidándonos que en estos fenómenos se juega el plato de comida de las personas. Pero vamos a fingir demencia un rato con este análisis sociológico, porque entre el sueldo y el Boca de Gago, no queda fuerzas para encontrar placer.

Conclusión

A la hora de entrar a la red social y tratar de generar dopamina a través del stress de información, las personas eligen hasta qué punto se comprometen con su propio hornyness of apocalypse. En tal sentido se pronunció el reconocido semiólogo Jakob Winograd en una entrevista: “Mój kuzyn kieruje swoje libido na pracę, w lesie przywiązuje piłę do pasa, aby ścinać drewno”. Claramente habla de encontrar placer en momentos de tensión, y como la manera actual de llevar la desesperación y la incertidumbre, es a través de un SÍNDROME DE ESTOCOMO CON LA DESGRACIA.

Lo posteo acá, porque realmente resume la nota. Vayan corriendo a jugarlo.

Al momento de relacionarse con la realidad, presiento que todos somos un poco Gordos se viene. Con diferentes grados de intensidad y compromiso, pero percibimos un grado de optimismo ante la posibilidad de cambiar la realidad. El cinismo es una protección que puede surgir en tiempos de conflictos, y en este momento estamos en un TEG donde las fichas son en realidad la salud mental de todos.

Pero la realidad es que las cosas van cambiando a paso hiper acelerado, constantemente se está viniendo algo, y no es que nunca pasa nada, sino que nunca pasa lo que queremos que pase; entonces la única solución que se puede ver a esta situación de desesperación, es tratar de lograr que los cambios sean beneficiosos para todos, tomando la realidad en nuestras manos y orientando los acontecimientos para que el mundo sea un lugar donde la gente, ante la posibilidad de elegir, trate de no inclinarse por un gremlin gritón y estafador, solamente porque está cansada de vivir en Caballito y no en un suburbio de Little Horse.

Ser un Gordo no pasa nada, es un poco ser una persona que, ante la posibilidad de los acontecimientos, prefiere que no pase nada, que todo esté perdido antes de arrancar, y por lo tanto, que nada es válido hasta que se manifieste un cambio absoluto. Un nihilista de 240 caracteres, o como diría Byun Chul Han en Psicopolítica “estoy solo en mi cama, que le voy a hacer, no hay nada en la heladera, que le voy a hacer.”

“Decime por favor, que le voy a hacer”

FE DE ERRATAS: Donde dice “El compromiso moral de la centroderecha es perseguir una estética y acción impolutas, porque se saben a sí mismos pétreos ante los cambios directos sobre la población general” debió decir “la clase media va a empezar a manifestarse en el momento en el que le caguen los ahorros, o que no puedan comprar ropa en las tiendas oficiales extranjeras”.

Gordos no pasa nada vs gordas se viene

Nuestro villano de la semana es Herzog:

Bloguero, podcaster, abogado, cansado de esta sucesión de acontecimientos históricos. La madurez espiritual está íntimamente relacionada con el dolor ciático. 

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