

El Estado de las Cosas 2025: Los Audios
No voy a entrar en ese juego pajero de enumerar la cantidad de contradicciones en las que caen los políticos (de cualquier país, partido e ideología) cuando son oposición y cuando son gobierno.
Como dije en abril del 2024: sigo insistiendo con la idea de que Milei tiene que terminar su mandato. Va en contra de mis sentimientos. Pongo la “lógica” (¿?) por sobre las ganas de ver presos a todos estos hijos de puta. Sostengo mi postura en conocimiento del pasado. Hay una porción de la sociedad que votó y va a votar a LLA este domingo y en octubre, que cree con fe religiosa que el mal (y lo expresa con pasión EVANGELICA) proviene de todo lo peronista. Esta porción del electorado desdeña la realidad. La participación de, por ejemplo Daniel Scioli, en el gobierno es retratada como una decisión de alguien que imaginan divino e infalible: el presidente Javier Milei.
Esa porción del electorado que desdeña la realidad, HOY, en un acto de revisionismo implacable, opinan –muchos ni habían nacido, claro- que Fernando De la Rúa sufrió un golpe de Estado por parte del peronismo. No me interesa adivinar qué habría sucedido si De la Rúa no se iba en helicóptero y terminaba su mandato en el 2003. Pero la brutalidad de su ajuste sobre los más vulnerables, con mandato terminado, lo habría liquidado políticamente de forma que nadie pudiera reivindicarlo con honestidad intelectual.
Hoy y a principios del 2000
A esta altura de la situación, dominados por la política de los algoritmos, sospechamos que son pocos los que desconocen la existencia de audios filtrados del gobierno libertario. Por un lado, audios de Diego Spagnuolo, ex titular de ANDIS (la Agencia Nacional de Discapacidad), confirmando a interlocutores invisibles que Karina Milei recibe coimas. Por otro lado, audios de la misma Karina Milei hablando en Casa Rosada con personas del Gabinete y militantes. Ambos tienen importancia por situaciones distintas. Los primeros terminarían de liquidar la imagen de “honestidad” de los libertarios, una de las armas con la cuales llegaron al poder. Los segundos, no sabemos por qué son importantes, porque el gobierno decidió que era ilegal hacerlo. Les dan importancia provocando la censura (Vean el primer párrafo, para evitar escribir de más).
Yo no creo, con franqueza, que el gobierno esté en sus últimas horas y quiero explicar por qué.
La primera razón son las elecciones. Nada parece haber debilitado la alianza de LLA con el PRO y el antiperonismo es lo suficientemente fuerte como para que en las legislativas próximas les vaya muy bien en las urnas. Aparte, es sensato recordar que, en este momento, LLA no tiene prácticamente nada propio en el Congreso, por lo tanto, cualquier resultado es, en esencia, un buen resultado. Las bancas que se renuevan son las del 2021. No hay forma que no sumen y engrosen las bancas ocupadas por charlatanes, cosplayers y gente bizarra de toda laya.
La segunda razón es la propia naturaleza de los Milei y de la clase de personas de las cuales se rodearon. Recordemos por un momento a De la Rua y a la Alianza. La Alianza logró ganar las elecciones de 1999 con el lema de la honestidad (check), terminar con la corrupción (check) el republicanismo (check) y sanear las cuentas fiscales (check). Para lograr esa empresa se formó un partido conformado por la UCR, el FREPASO, Union por Todos (de Pato Bullrich), algunos partidos liberales y otros socialistas. La Alianza fue el lienzo para casi todos los partidos políticos que acceden al poder desde hace por lo menos 20 años.
Chacho Alvarez, vicepresidente, renuncia al gobierno cuando sale a la luz que se había intentado sobornar a legisladores para pasar la Ley de Reforma Laboral. La noticia fue un sacudón. Al margen, yo me enteré en el colectivo, volviendo de la secundaria, escuchando la radio en el Walkman. Si hubiera existido Twitter, creo que la Alianza no llegaba siquiera a diciembre. Fue espectacular el cimbronazo. Desde ese momento, y dada la espantosa situación económica (heredada, pero sin interés de resolver), se podía percibir que una vez más, un presidente radical no iba a terminar un mandato. La pregunta no era cómo. Sino cuando.
El país fue un polvorín. De la Rúa, irónicamente, renuncia porque no estaba gagá como lo mostró Tinelli, o de forma más reciente, la serie de Amazon. Fernando De la Rúa se sube al helicóptero porque entendió de manera cabal que su gobierno no daba para más y que -de manera paradójica- no le quedaba un aliado. Incluso creyendo que lo habían operado Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín (que fue fundador de la Alianza), su postura fue terminar con algo que ya estaba finalizado.
Personalidades
Decía, la segunda razón es la propia naturaleza de los Milei. Con todos los errores y decisiones de mierda que tomó De la Rúa, sería inexacto decir que no le interesaba en lo más mínimo el país, el Estado, o incluso la sociedad que gobernaba. No es el caso de las personas que nos gobiernan hoy, que son la clara representación de un sector de la sociedad que decidió abrazar la vileza, el individualismo voraz y el odio hacia el resto de la población. La pareja de hermanos detesta al país, detesta a la sociedad e indudablemente detesta al Estado. Y se rodearon de gente acorde.
Suponiendo que realmente hubieran querido un gobierno “de mierda” pero honesto. ¿Por qué los que aborrecían la corrupción todavía no renuncian? Chacho Alvarez renuncia a la Vicepresidencia el 6 de octubre del 2000. Un año y dos meses antes de que De la Rúa renuncie. Y en su discurso de partida señala:
“No me empuja ningún ánimo de debilitar la figura presidencial, pero el cargo de vicepresidente no permite mayores desacuerdos sobre un tema tan sensible como el de los sobornos en el Senado”.
Clarita la cuenta.
Victoria Villarruel, en una relación totalmente rota con Milei, sigue firme en su cargo a pesar de que a diario recibe insultos de propios y ajenos. Solo personas que fueron consumidas por la maldad pueden aguantar algo así mientras encima participan de un gobierno espantoso. Y esa perversidad también tiene que ver con dos situaciones: enriquecerse en el cargo por un lado, y esperar que le cedan el poder si por alguna extravagante razón, Javier Milei es “renunciado” por la casta empresarial que ya logró buena parte de su cometido y quiere a alguien menos medicado al frente.
3
El Estado de las Cosas no podría ser peor. Por supuesto que todavía tiene fervor (insisto, religioso) de un sector marginal. Por supuesto que le va a ir bien en las elecciones. Pero la evolución de los acontecimientos da cuenta de que esta vez pasó algo bien distinto. Los grandes medios no le dieron entidad a las denuncias de magnicidio, y siguieron martillando con los audios. Y es sensato remarcar que esta dinámica la replicaron los periodistas más antiperonistas del espectro. Con lo cual podemos sospechar sin mucha duda que es el killer calabrés el que le bajó el pulgar al gobierno. Las escuchas son buena evidencia del asunto. Y esto es así porque, aún asociado a la política, el calabrés siempre atendió de los dos lados del mostrador.
A Milei, aparte de su demencia, todavía lo acompaña el sionismo (local e internacional), un grupo de fanáticos y el antiperonismo más rabioso. Un combo muy dañino, muy activo y con las garras afiladas como para aferrarse hasta el último segundo. Pero parte del pueblo empieza a combatirlos donde es valioso: en las calles.
Si en las elecciones del domingo, el peronismo sale bien parado, sabremos que aún tenemos una sociedad que rescatar. Pero es menester afirmar verdades duras:
El próximo presidente de este lado tiene que estar convencido del ejercicio del poder. Tiene que estar de acuerdo con la necesidad de avasallar como avasallaron los que están ahora.
Es eso o ni presentarse y dejarle la oportunidad a alguien con huevos.
U ovarios.