07 de Marzo de 2025

Ponzidente

¿Tema viejo?
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Ponzidente

Viernes 14 de febrero. Son más de las 22. Mi hija ya se durmió. Tiene 7 años y desde que se enteró que va a tener un hermano, insiste en que me quede acostado en su cama y por nada del mundo me levante. Le respondo que si duermo ahí toda la noche, ella no se pasará a mi cama al día siguiente. Unimos meñiques para sellar el pacto, se dá vuelta y duerme. Ya sé que se va a pasar a mí cuarto mañana, pasado y el día después, pero el primero que va a romper la promesa soy yo. Me preparo para irme, bajo un pie, apoyo una mano en el piso y trato de desplazarme como un cangrejo. En eso una luz resplandece. Sin demasiado esfuerzo quedo atrapado en los tentáculos de mi celular. Mi hija libera un quejido y estira el brazo para que me quede. Va a ser una noche larga, la primera de varias noches twitteras al hilo.

Empiezo a scrollear y leo la indignación de cryptobros que repiten términos que hasta ese momento me eran ajenos: shitcoin, pump and dump, rug pull. Hasta que leo “estafa” y ahí la cosa empieza a tomar otro color.

¿Qué clase de estafa fue $LIBRA?

Las pirámides ya no se construyen en años, se construyen en horas

Siguiendo lo planteado en este espacio por Sole Zeta, los esquemas Ponzi, llamados así por Carlo Ponzi pionero de esta modalidad de estafa de principios del siglo XX, se han repetido a lo largo de los años con mayor o menor complejidad, aggiornándose a las nuevas tecnologías.

En los  últimos años hubo varios casos resonantes, por ejemplo en el año 2022 el gobierno de la República Centroafricana lanzó Sango Coin como una criptomoneda oficial, asegurando que atraería inversiones y fortalecería su economía. Sin embargo, el proyecto fue criticado por la falta de regulación, la ausencia de infraestructura y la sospecha de que solo beneficiaba a insiders. A pesar del respaldo del gobierno, la criptomoneda colapsó rápidamente.

Incluso en Argentina, el caso de Generación Zoe demostró cómo el espejismo de una criptomoneda respaldada por ‘coaching financiero’ dejó miles de estafados. ¿La fórmula? La misma de siempre: entusiasmo inicial, precios inflados y desplome inevitable cuando la base de la pirámide deja de crecer. Tal como se expone en el documental “El vendedor de ilusiones: El caso Generación Zoe” (disponible en Netflix), la “universidad de coaching financiero” prometía rendimientos del 7,5% mensual en dólares a quienes invirtieran en su criptomoneda, Zoe Cash. El sistema colapsó cuando dejaron de ingresar nuevos inversionistas, dejando miles de estafados en Argentina y otros países de la región. Su fundador, Leonardo Cositorto, terminó detenido y recientemente fue condenado en dos causas.

Pero con el caso $LIBRA pasó otra cosa. El usuario de X @Marcelo_MM2023, la estafa cripto de Millei con $LIBRA no es una estafa porque bajó el precio, ni porque muchos hayan pedido dinero por efecto del libre mercado. Al fin y al cabo el mercado cripto, como cualquier otro, se regula por la oferta y la demanda ¿o no. Es una estafa porque la movida fue premeditada, detrás de esta publicación en la que el presidente invita a participar de un proyecto privado para financiar negocios en Argentina. Acto seguido, el presidente procede a fijar su tweet y éste es retuiteado y respondido por sus seguidores, influencers afines y figuras con cargos públicos tales como los diputados Menem y Espert. Listo, era la señal que esperaban aquellos que realmente la ven y estaban agazapados para comprar barato y vender caro. La lectura podría ser “entro ahora que hay un tipo serio que banca esto y encima cree que la moneda es excremento”. Sin embargo, algo no cierra. No por nada las redes se llenaron de cryptobros furiosos rompiendo cosas y llorando porque tendrían que vender sus autos y sus Rolex para cubrir lo que perdieron. Algunos podrían decir que los que entraron en esta saben a qué se exponen, plata fácil, entrar y salir rápido.  

Para que se entienda mejor, en palabras del fundador del broker Cocos Capital, $LIBRA pasó a valer en pocos minutos la mitad del valor que el Banco Galicia, la banca privada más grande de Argentina, unos USD 4000 millones en 40 minutos. Una verdadera locura. La diferencia con otras criptos más serias hay una cantidad determinada que se emitirá (lo que se conoce como halving, en el caso de la cripto más importante Bitcoin es de 21.000.000 y ya se han liberado alrededor de 19.000.000 desde el año 2010) y los contratos entre privados se hacen bajo la premisa de la escasez, a menos bitcoin, más estará dispuesta la gente a pagar. Hay otra serie de conceptos como la minería cripto que, en pocas palabras contribuyen a robustecer la red de Blockchain sobre la que se sustentan los contratos entre los usuarios.

Tal como planteó Aquellos sumamente interiorizados (los llamados insiders), según distintos medios, lograron hacerse de alrededor de USD 87 millones y como si saltara la banca, retiraron ganancias antes que el Casino reaccionara al cachetazo. Los principales afectados serían traders de Estados Unidos, Rusia y China (por los montos y la justificación de los fondos es difícil saber cuántos afectados en nuestro país), cuando el precio de $LIBRA se desplomó. Según el sitio especializado The Solana Post (@thesolanapost), alrededor de 71 mil traders perdieron más de 286 millones de dólares. La complejidad del detalle y la presión milimétrica requeridas hacen pensar en bots programados de antemano para comprar y vender activos y no simplemente traders con los ojos pegados a la pantalla esperando la oportunidad de sus vidas para pegarla, bro. En línea con esto, resulta valioso el aporte de Leandro Mora Alfonsín  sobre el clima de época basado en la propensión y la pulsión de buscar la fácil, tras décadas y generaciones que ven incumplidas las promesas que el capitalismo le hizo sobre el progreso, el trabajo estable o el sueño de la casa propia.

O sea, digamos…

A las tres horas del primer tweet, Milei se desvinculó completamente del proyecto aduciendo en X que no estaba interiorizado en los pormenores y que él no era parte. OK, pero recapitulemos, el que “el proyecto $LIBRA no era un “Economista”, o un entusiasta tecnológico, sino el Presidente de una Nación. Pero como si el cargo público fuera simplemente una bio de un perfil de redes sociales que puede cambiarse como una máscara, cabe recordar que en una entrevista con Ernesto Tenembaum en el año 2021, el entonces diputado contó que desde la empresa CoinX le solicitaron su opinión profesional. Sin embargo, al poco tiempo CoinX mostró indicios de un ponzi resultó acusada por la Comisión Nacional de Valores, lo que terminó llevándola a la quiebra y dejando  usuarios estafados. Cuando Tenembaum le preguntó al diputado si había cobrado, éste le respondió “Y mis opinions las cobro, claro que cobro mis opinions, obvio que digo, o sea, no, no, digo, o sea…”

En resumidas cuentas, si el presidente argentino sabía lo que estaba haciendo, miente y se benefició de alguna manera. O sea, una actitud bien casta. Ahora bien, si el presidente actuó de buena fe es un idiota, entendiendo el sentido griego clásico de la palabra, ya sea porque se desentiende de los asuntos de la comunidad porque no participa de la política o es alguien que solo vela por sus intereses personales.

Cualquiera de las dos opciones señaladas anteriormente, revela una situación sin precedentes: un escándalo de magnitud internacional y un golpe a la credibilidad del país. Esto podría afectar a los activos reales de Argentina, especialmente en mercados donde los rumores y la percepción pesan más que los tecnicismos. Pero hay otra víctima silenciosa: quienes, sin comprender los detalles de lo ocurrido, depositaron sus esperanzas en una ilusión de cambio en una urna (algunos hasta tres veces). Su desengaño, aunque inevitable, quizás tomará más tiempo en manifestarse. Pareciera que por ahora el corazón del relato mileista está intacto: domada a la inflación + Amazon para todos + fiesta en la bolsa.


Nuestro Villano de la Semana es Lisandro Gomez, politólogo.

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