Hernan L
17-11-2024 12:54

Son muchos los momentos donde un espectador más o menos avezado puede señalar a la pantalla y decir, con más o menos razón: “Acá, acá ¿Ves? Acá empiezan Los Soprano realmente”. Cuando Tony Soprano tiene su primer ataque de pánico mirando los patos que visitan su piscina. Cuando se entera que Pussy Bompensiero (¿My Pussy?) es soplón del FBI. Cuando por fin entiende que no lo quiere ni la madre. Propongo otro momento, que sucede en la primera temporada y que termina desembocando en el ascenso de su tío Corrado “Junior” Soprano y todas las trapisondas que realizan los capos a espaldas del viejo: la muerte de Jackie Aprile Sr.

Aprile, tío de Adriana La Cerva, la novia de Christopher Moltisanti y el capo de la Familia a la cual todos pertenecen, fallece de cáncer en el cuarto capítulo generando un inmediato quilombo cuyas ramificaciones atraviesan al resto de la serie hasta su impactante y misterioso final.

– Toda de él.

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El 6 de Abril de 1979, Julio Humberto Grondona, ex jugador de fútbol, fundador del club Arsenal de Sarandí y ex presidente del Club Atlético Independiente, asume como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) apadrinado por el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste. Los más despiertos recordarán al marino como un presidente (de facto) que duró unos días mas que Adolfo Rodriguez Saá y marginalmente más represor que el puntano.

Don Julio duró en el cargo hasta su muerte, que lo jubiló el 30 de julio del 2014. La lucha por el poder en la AFA se extendió unos buenos años. El primero en asumir luego del fallecimiento fue Luis Segura, segundo del saliente y presidente del club Argentinos Juniors. Pero claro, con el cambio de gobierno y la presidencia macrista queriendo tocar todos los resortes, llegó una intervención por “irregularidades” luego de la insólita votación empatada habiendo 75 votantes. La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) le dio el puesto a Armando Pérez, ex presidente (y gerente) del club Belgrano de Córdoba y conocido en el mundo de las finanzas por el ser el dueño de Tsu Cosméticos.

En el 2017, la presión de los dirigentes logró que Pérez saliera eyectado y en la AFA se celebren elecciones. Tras la barbarie de la votación del 2015, surgió la figura de Claudio “Chiqui” Tapia.

 

– Claro que tengo yunques.

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“El Chiqui” Tapia tuvo experiencias de vida similares a las de Don Julio: ex jugador con participación en primera del club del que fue dirigente (Barracas Central), inferiores en un club grande (River Plate para Grondona, Independiente para el Chiqui), y ponerle el nombre a una cancha siendo ellos simpatizantes de otros clubes (Independiente para Don Julio, Boca para el Chiqui).

Su ascenso a presidente de la AFA no fue lo que se suele decir “meteórico” pues se gesta dentro de las filas de la Asociación como representante de las diferentes mesas del ascenso incluso siendo reconocido por su labor. El Chiqui asumió el 29 de marzo del 2017 tras dos años de vicepresidencia y habiendo militado el cargo acercándose a los jugadores de la selecta en viajes de Eliminatorias.

¿Pero quién es el Chiqui Tapia realmente?

– El Chucky Tapia.

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Tras una carrera fallida en el fútbol profesional, el Chiqui, que era barrabrava itinerante, desembarcó a principios de la década del noventa en el Sindicato de Camioneros con un cargo gremial en la rama de Barrenderos. Gracias a su relación con el mandamás Hugo Moyano, conoció a Paola Isabel, hija del dirigente, con la cual entabló una relación y tuvo cuatro hijos.

El apoyo de Hugo Moyano (y de Daniel Angelici) fue de especial importancia para que Tapia acceda al máximo cargo de la Asociación.

La rosca política existió desde siempre en el fútbol, pero adquirió una relevancia superior cuando los sindicatos dejaron de tener la histórica fuerza que tuvieron en décadas pasadas. Gracias a la estructura de los clubes y las dinámicas persistentes de esas décadas, fue muy sencillo convertirlos en escenarios de construcción de poder. No es para nada curioso que Sergio Massa haya así llegado a Tigre, Néstor Grindetti a Independiente, o Aníbal Fernández a Quilmes. Incluso Fernando De la Rúa tuvo un paso por Boca Juniors a principios de la década del ochenta y, fiel a su estilo, el club estuvo al borde de la quiebra. No nombro a los que usaron clubes como trampolín político, como Mauricio Macri, sino a los que primero fueron políticos (o de forma simultánea) y luego saltaron a clubes para seguir construyendo ramificaciones de poder.

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En diciembre de 2019, un año después de la fatídica y ridícula final de Copa Libertadores de América en Madrid, Angelici perdió las elecciones en Boca. El operador judicial del PRO, tras ocho años con decisiones cuestionables al frente del club, cayó en las urnas ante Jorge Amor Ameal, Juan Román Riquelme y Mario Pergolini, un tercero sorpresivo dada su inclinación ideológica gorilesca.

A la nueva dirigencia xeneixe le tocó lidiar con el fútbol en cuarentena y promesas difíciles de cumplir: agrandar la Bombonera y salir campeones de la Libertadores. Pero, y de manera mucho mas cruenta que en otros tiempos, también le tocó lidiar con una oposición como si Boca fuera Argentina y lo que pasa en el club, políticas de Estado. Es así que Boca Juniors empezó a recibir allanamientos sorpresa y clausuras del estadio. Las denuncias partieron por trabajos de oficio de la fiscal Celsa Ramírez de la oficina de Eventos Masivos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), entidad creada en el 2020 durante el aislamiento. Ramírez juró como fiscal en CABA en el 2014, bajo el gobierno de Mauricio Macri, ex presidente de Boca y patrocinador de la fórmula que proponía a Christian Gribaudo para la presidencia del club. El combinado macrista perdió por el doble de votos la elección del 2019, siendo un golpe no menor al tener presente que hacía apenas dos meses, Cambiemos había perdido el intento de reelección en las presidenciales.

– Al bridge juega el cheto hijo de puta.

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El 9 de diciembre del 2019, la fórmula Gribaudo-Crespi, aún con el apoyo de dos tercios de las agrupaciones xeneixes, perdió estrepitosamente las elecciones en Boca. El macrismo dejó de ser oficialismo en el club después de veinticuatro años ininterrumpidos. La renovación se dio de la mano del máximo ídolo de la institución, Juan Román Riquelme y Jorge Amor Ameal, un ex presidente interino de ese mismo oficialismo. Ameal, quien asumió en 2008 tras el fallecimiento de Pedro Pompilio y provocara la renuncia del tesorero del club, el quemero Daniel Angelici, por renovar el contrato de Riquelme contra su consejo, tuvo un papel testimonial en ese nuevo período al frente del club. A todo efecto, la institución fue gobernada por Román y su comisión formada por otros ex jugadores como Raúl Cascini, Mauricio “Chicho” Serna, Jorge “Patrón” Bermúdez, y Marcelo “Chelo” Delgado.

Ameal al gobierno, el 10 al poder.

Riquelme, desde su retiro, cultivó amistades con referentes políticos del calibre de Sergio Massa. En los susurros indecentes, se dice que el enganche en realidad siempre fue hincha de Tigre. También, aunque nunca lo haya filtrado ni expresado de ninguna manera, tras su enorme pelea con Macri en su época de jugador, se sospecha que el torcuatense es cercano a ciertos sectores del peronismo. Sectores que también frecuenta Tapia.

– La 10 le queda pintada (a Massa)

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Boca Juniors se convirtió así en uno de los principales reductos de oposición al macrismo a nivel nacional. Suena curioso que muchos actores políticos ninguneen ese rol mientras de forma simultánea hacen responsable a Boca del ascenso político de Mauricio Macri.

El hijo tonto pero multimillonario de Franco, sabe muy bien que, aparte del dinero y los contactos de su padre, fue gracias a Boca que llegó a los grandes lugares de la política, y a los logros justamente de futbolistas como Juan Román Riquelme en el verde césped. Y por eso peleó con sus armas: los medios, el poder judicial, los barras y los contactos políticos, para volver al club en el 2023 tras un primer gobierno decente del riquelmismo con seis títulos locales.

El panorama se configura mucho mas espeso cuando consideramos que el Chiqui Tapia hizo expresó su apoyo a Sergio Massa en las elecciones nacionales del año pasado y se puso en contra a más de medio país que ya lo tenía entre ceja y ceja por años y años de formatos reprobables de torneos, y que no lo consideran directamente responsable de la elección de Lionel Scaloni para entrenar a la selección mayor, aunque en parte lo sea.

 

– El que pierde acompaña

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Entonces, la batalla en la arena partidaria toma un color distinto, porque los de un lado (a favor del negocio de las SAD también) se juntan de a poco para pegarle al Chiqui y por añadidura ahora a Riquelme, nuevo vicepresidente primero de AFA y a Boca Juniors, principal emblema de la oposición al macrismo. Como ejemplo sirva: durante la elección en Boca en diciembre del año pasado, el entonces presidente electo, Javier Milei, se fue chiflado e insultado de la Bombonera por su apoyo explícito a la fórmula de Ibarra y Macri (que ni siquiera fue a votar).

Esto es actual

En el medio está la forma en la cual se formaliza poder en los clubes y en la AFA. El Chiqui se agencia enormes cantidades de influencia armando torneos decadentes con 140 equipos en Primera A, arbitrajes polémicos de la mano de Federico Beligoy, director nacional de Arbitrajes en AFA, y anulación de descensos casi por decreto. Los presidentes, que son los que votan, contentos. El hincha, desilusionado.

Pero el tema es la memoria.

Esto sucedió durante los casi cuarenta años de gobierno de Grondona y antes también. Lo que cambió realmente es cómo el fútbol asumió un rol mucho mas preponderante como escenario político partidario en reemplazo de otros organismos de poder.

A pesar de los defectos (y de la casaca que uno sienta), desde cierto lugar ideológico toca acompañar a Tapia y a Riquelme o ser cómplice de una intervención de una Asociación Civil por parte del poder estatal para imponer un modelo de fútbol cuyo destino es la segura desaparición de muchos clubes y el acervo cultural que provocaron, y eso, en definitiva, sería el peor de los males. Es hasta ridículo (y lamentable) que la oposición mas fuerte al gobierno y al macrismo se produzca desde un simple club de fútbol. Pero bueno, la rosca es así.

Clubes europeos, hinchas latinos


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Hernan L
Redactor de muchos años. Stalino.