Este próximo 12 de diciembre se celebra The Game Awards 2024, la 11º edición de uno de los eventos y premiaciones más importantes de la industria de los videojuegos en el mundo.
El pasado lunes 18 de noviembre Geoff Keighley anunció vía X/Twitter los títulos nominados a Juego del Año, el anuncio no estuvo exento de polémica.
La lista, conformada por Astro Bot, Balatro, Black Myth: Wukong, Final Fantasy VII Rebirth, Metaphor: ReFantazio y Elden Ring: Shadow of the Erdtree, generó debate y críticas por incluir a éste último título, a pesar de tratarse no de un juego base, sino de un DLC.
El juego en cuestión
Shadow of the Erdtree es un DLC que expande la aventura de Elden Ring, el famoso título de FromSoftware publicado en 2022, en lo que fue un trabajo conjunto entre Hidetaka Miyazaki (creador de todos los títulos “Souls” de la empresa) y George R.R. Martin (autor de “A Song of Ice and Fire”).
En este caso, se sigue el rastro de Miquella, como parte de una de las aventuras secundarias de la historia.
El resultado tuvo una gran recepción en todo aspecto: excelentes diseños de escenarios y enemigos, una historia enriquecedora y duración digna de cualquier juego base (se estima entre 25 y 30 horas para la historia principal, mientras que completar el DLC al 100% demandaría entre 10 y 20 horas más).
No es por la calidad
No quedan dudas de que la polémica no viene por el lado del nivel ofrecido. Probablemente si fuera un título aparte, no habría quejas sobre su nominación como Juego del Año.
El tema es que, justamente, no es el caso, por tratarse de un DLC.
No sólo eso: el juego base, Elden Ring, fue ganador del premio al Juego del Año en The Game Awards 2022.
En el hipotético caso de que le den el premio este año a Shadow of the Erdtree, técnicamente estaríamos hablando de que un juego obtuvo el GOTY de la misma ceremonia de premiación en dos años distintos.
Problemas que provoca
Que algo así pueda suceder, podría generar algunas cuestiones algo perjudiciales en general.
Me parecería totalmente razonable hablar de que estamos ante un año flojo en cuanto a títulos publicados si el ganador a Juego del Año es literalmente contenido extra de un título que vio la luz en 2022.
¿No se podría caer con esto, además, en una suerte de “gallina de los huevos de oro”? Resulta muy sencillo hacer el intento de sacar un buen DLC de un título exitoso, y buscar repetir la hazaña en base al que otrora funcionó.
Una posible solución
Como fanático de todo lo referido a Soulslike y en particular del trabajo de FromSoftware en ese aspecto (al punto que hice un repaso de la historia de la empresa, que pueden ver su primera parte acá), me parece un desacierto total nominar a un DLC como Juego del Año, por los motivos que detallé antes.
Podría proponerse, por otro lado, incluir tal contenido en una categoría distinta. Lo más similar existente sería el de Mejor Juego de Desarrollo Continuo (“Best Ongoing Game”), pero seguiría sin encajar del todo un DLC en ese rubro creo yo.
Ciertamente hay montones de DLC publicados al año, y podrían tranquilamente tener su propia categoría, sin caer en una altísima flexibilidad a las nominaciones.
Se puede entender que esta clase de polémicas generan una buena publicidad. Pero si el precio a pagar es afectar el prestigio de las premiaciones, honestamente no sé si es la mejor decisión…
¿Ustedes qué piensan?
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