-Viste lo de Gaiman?
–Si, una verga todo.
-Bueno, dicen que en la historia esa de la musa y el escritor, Gaiman es el escritor.
–Si si, había leído la teoría, pero que se yo, me hace ruido.
-¿Qué cosa?
–Yo creo que Gaiman genuinamente se siente el redentor. Morfeo en la historia esa de Sandman.
-Y pero, a sabiendas de que resultó ser violinardo, ¿no te suena muy justo?
–Pero que estaríamos diciendo. ¿Qué estaba como confesando?
-No me atrevo a psicoanalizar tanto el asunto.
–Yo tampoco. No, lo que yo opino es que el Gaiman que abusó de mujeres, también es el Gaiman que presumía su ¿feminismo? en su obra y en redes sociales.
-Pasa que estaríamos hablando de alguna clase de esquizofrenia a ese nivel.
–No no. Algún día superaremos las tensiones de esa clase de debates y podremos hablarlo con profundidad, pero bueno.
-No entendí.
–Mira, dado que las estadísticas explican que la mayoría de los casos de abuso son intrafamiliares o entre personas que se conocen lo que yo creo es algo distinto.
-Explicate.
–¿Viste cuando descubren a algún violador y hay una pueblada y le prenden fuego la casa o lo que sea?
-Si.
–Bueno. Yo estoy convencido que en la turba iracunda hay al menos una persona que hizo lo mismo que el acusado.
-Me perdiste.
–Claro. Creo que vivimos rodeados de violadores que no saben que lo son. Que actuaron y ya.
-Y pero… ¿cómo funciona eso?
–Gran parte de los abusos no solo no son denunciados nunca, sino que tampoco la víctima lo revela jamás ya sea porque no tiene forma de probarlo, porque le da vergüenza, porque es alguien que aprecia y tiene miedo real de que esa persona se enoje o le pase algo. Entonces el violador piensa que todo fue consentido. Ni hablemos de la cantidad de veces que la víctima relató su abuso y no le creyeron o la culpabilizaron.
-Bueno, Gaiman dice que fue todo consentido.
–Marilyn Manson dice lo mismo. Es decir. Ninguno niega los actos. Niegan en cambio que esos actos hayan sido forzados. Entonces es totalmente probable que Gaiman tenga una “forma de ser” en la vida que no se sostenga en la intimidad.
-Pero eso no les quita culpabilidad.
–Por supuesto que no. Son absolutamente culpables ambos. O a ver, son inocentes hasta que la justicia dictamine pero para todos nosotros sin duda pueden serlo. A lo que voy es a otra cosa. Las personas que tienen poder de alguna clase, y Gaiman siempre lo tuvo ya sea por ser de las primeras camadas de cientólogos o por ser rico, nunca parecen entender que ese poder transpira en cada evento de sus vidas. La principal acusadora es una niñera que no tenía hogar. Es como… supongamos que el tipo realmente piensa que no la violó, supongamoslo un segundo, ¿cómo un tipo de su inteligencia y supuesta posición ideológica no ve lo equivocado de buscar una relación sexual con un subordinado en semejantes necesidades?
-¿No entraran en juego todos los mambitos de haber crecido en un hogar cientológico ahí?
–Y, no te digo que no, pero tenes millones de ex afiliados a esa secta que jamás jodieron a nadie. Entonces, podrá ser suficiente para su salud mental exculparse con esa excusa, pero para el resto de nosotros no es más que eso: una excusa.
-Me da un poco de pena que ya nunca sus obras vayan a ser leídas de la misma manera.
–Lo dudo. Nadie dejó de bailar Thriller.