– ¿Que decís, ridículo?
– El capitalismo no funciona. Fracasó. Eso digo.
– Es el sistema de todos los países del mundo menos un par.
– Si, pero no porque funcione. Porque fue impuesto.
– ¿Pero como podes sostener que no funciona?
– Sencillo, en todos los países del mundo (menos un par) hay gente muriéndose de hambre, personas viviendo en la calle en la peor de las situaciones. En todos los países del mundo hay índices de criminalidad derivados de la desigualdad social.
– ¿Y por eso decís que no funciona?
– El sistema económico debería, mediante sus herramientas, proveer una vida digna para todos, ¿o no?
– El capitalismo otorga libertad e igualdad de oportunidades. Millones de personas pudieron salir de esa pobreza esforzándose.
– El capitalismo no otorga ni libertad ni igualdad de oportunidades. Y que millones de personas hayan podido salir de la pobreza esforzándose justamente habla del fracaso del capitalismo. Nadie debería sufrir para tener una vida digna. Ni siquiera buena. DIGNA. “Fulano pudo poner comida en la mesa rompiéndose el lomo 16 horas por día para un patrón de campo”. Ah que maravilla.
– Pero…
– El error es pensar que el éxito del capitalismo pasa por intentar resolver las iniquidades sociales, cuando es al contrario. No funciona sin ellas. Es un juego de la silla y como tal, alguien se va a caer de culo al piso.
– Entonces estas diciendo que el capitalismo SI funciona.
– Estoy diciendo que los capitalistas mienten.
– Yo no mentí.
– Vos no sos capitalista. ¿Qué capital tenes? Vos sos un fan de un sistema porque cualquier otro te resulta innatural. Uno, a la postre, del cual te podes caer en cualquier momento.
– No entiendo.
– No me extraña. Vos no sos capitalista. Vos sos una persona que nació en un país donde gobierna el capitalismo y no conoces otra cosa. Lo que pensas y como actuas no son hechos de la naturaleza. Son impuestos por el sistema económico que formó tu manera de comportarte y de pensar.
– Ok, pero ¿a qué te referís con que los capitalistas mienten?
– Me refiero a que el capitalismo no viene a resolver el hambre de los nenes del Chaco. El capitalismo no funciona sin el hambre de esos nenes. Necesita que esos nenes y otros tengan hambre.
– Eso es una locura.
– Lo es. Pero no por eso deja de ser cierto.
– ¿Qué ganan con eso?
– Mano de obra esclava. Si tenés 50 puestos de trabajo, 100 personas para cubrir esos puestos, y mucho hambre, como capitalista, podés definir las condiciones. ¿Qué te pensás que es la flexibilización laboral con la cual tanto baten el parche? Pagar menos, hacer talleres clandestinos donde hacines a las personas como cierta ex primera dama, no darles beneficios, vacaciones, obra social.
– Pero eso no es común.
– Es horriblemente común. Por eso buscan “achicar el Estado” y poner gobernantes afines a sus ambiciones. Con un Estado chico, que no regule la actividad, que no les ponga límites, pueden hacer lo que se les cante el ojete.
– Ok, pero pará…
– ¿Qué?
– Eso es maldad. Esos son villanos. Los que apoyamos el sistema capitalista estamos en contra de esa clase de manejos.
– Lo primero que decís es cierto. Es maldad. Son villanos. Son unos hijos de remil puta. Lo otro no. Lo apoyan todo el tiempo.
– Yo no apoyo que un empresario esclavice a sus empleados.
– Lo hacés mediante tu voto. Cuando votas a un candidato que quiere eliminar o reducir el Estado al mínimo, estas apoyando eso.
– Pero yo no lo voto por eso. Lo voto porque quiero que resuelva los problemas que causaron los gobiernos socialistas…
– Te voy a parar ahí mismo antes de que digas una boludez. Nunca en nuestro país gobernó el socialismo.
– ¿Me vas a decir que los gobiernos kirchneristas no eran socialistas?
– No lo eran. Bajo ninguna definición. Los capitalistas siguieron bajo el control de los medios de producción. Eso es casi todo lo que necesitas para destrozar ese argumento boludísimo. Lo que hubo en el país fueron gobiernos socialdemócratas. Un sistema capitalista con alguna regulación por parte del Estado. Pero ningún empresario perdió plata ni mucho menos. La mayoría vieron crecer su fortuna varias veces.
– Si fue así, ¿por qué buscaron un cambio?
– Dentro de lo que sería “la cámara empresarial”, fueron pocos los que buscaron ESTE cambio. Al empresario aparte de la guita, le gusta cierta estabilidad. El demente que gobierna no les da eso. Probablemente hubo algún porcentaje de boludos dueños de PYMES que flashearon que son ARCOR y lo militaron. Se van a arrepentir en cuanto empiecen a bajar las ventas. Pero no se van a hacer cargo. Porque van a poder despedir gente sin problemas.
– Pero mucha gente lo votó.
– Así es.
– ¿Vas a decir que toda esa gente se equivocó?
– Por supuesto. Nunca en la vida tenés que votar en contra de tu propia clase social. Ojo, ahí fallaron los gobiernos socialdemócratas. Pasa que estos gobiernos, por ser también capitalistas, no han querido educar a la sociedad sobre clases sociales. Entonces cualquier paparulo se cree capitalista porque tiene un 147 con el piso picado.
– No entendí.
– Este gobierno, como cualquiera de signo capitalista neoliberal… al margen: ¿notaste como dejaron de reírse cuando decimos “Neoliberal” porque les mostramos que lo usaba Milton Friedman? Que boludos que son… decía, este gobierno, como cualquiera de signo capitalista neoliberal, pone su enfoque en hacer más ricos a los ricos sosteniéndose en el supuesto efecto cascada del cual no tenemos registros históricos, así como no tenemos registro de que haya competencia capitalista alguna.
– ¿Por qué decis que no hay competencia?
– Pero vos como consumidor elegís una de ellas.
– Y un fulano elige otra, y otro otra, y otro otra. Y listo. Así se dividen el mercado. Y cuando alguien se quiere meter y “hacer capitalismo pero bien” o lo compran o lo sacan a la mierda del mercado.
– Nah, ahí estas inventando.
– No estoy inventando, boludo. En un supermercado cualquiera tenes mil productos y se los dividen entre 10 multinacionales enormes.
– Bueno pero ese que hace capitalismo bien, cuando lo compran “ganó” porque hace un montón de guita con esa compra.
– Entonces el sueño capitalista no es emprender y que te salga bien y toda esa sarasa. Sino retirarte a los 30 años porque alguien te consideró una amenaza.
– ¿Tiene algo de malo eso?
– Decime vos. Son ustedes los que valoran trabajar hasta los 95 años y morirse como cajero de un supermercado. Son ustedes los que festejan si un pibe de 10 años está vendiendo pañuelos en el subte “en vez de robar”. Pero de repente un tipo hace una gaseosa, viene Coca Cola, lo compra, lo saca del mercado, tenemos un nuevo rico, ahí está bien.
– Bueno, pero el tipo ese emprendió. Inventó algo.
– ¡No inventó nada! Hay 200 millones de gaseosas. Se metió en un mercado y lo sacaron por las buenas. Con guita. Hay demasiada evidencia histórica de cuando los capitalistas te sacan del mercado por las malas. Y sin repercusiones ni castigos.
– ¿Y los que sí inventan algo?
– Mira, hay algo gracioso ahí. En una abrumadora cantidad de casos, ese “invento” se hizo con apoyo estatal o se creó para mejorar de forma libre y gratuita de alguna manera a la humanidad y apareció un delincuente como Edison fue y patentó en beneficio propio. Jonas Salk se negó a patentar la vacuna de la polio para que todo el mundo pudiera producirla y que fuera gratuita. Hay una frase célebre de Salk: ¿patentarías el sol?
– Pero no es gratuita. Porque para producir el químico y todas las cosas, alguien lo tiene que pagar. Es un poco lo que votamos también. Esa idea de que las cosas son gratuitas. No lo son. Alguien las paga.
– Lo bueno es que ahora que “no lo pagas vía impuestos” podes pagar el valor total de la vacuna del dengue que son 70 mil pesos por dosis eh. Muy inteligente esa movida.
– Y bueno, pero lo pago yo porque quiero y no porque me lo impone el Estado. Aparte eso, de buena gana lo pagaría, pero pago 200 cosas mas que no quiero pagar.
– No te lo impone el Estado. Es un contrato social y viven intentando evadirlo. Mediante tus impuestos el Estado hace cosas para la sociedad -que te incluye- como programas de vacunación nacionales que evitan que haya epidemias de enfermedades porque hay personas que no pueden acceder a una vacuna de mierda.
– Si fuera así como decís, nadie estaría en contra.
– Pero hay gente en contra. Te retrotraigo al tema de los villanos. Mira, los villanos, los capitalistas MALOS están en contra de los impuestos. No de los que pagas vos que son dos mangos. Los que pagan ellos que para ellos también son dos mangos, pero no importa, porque es ideológico. Pero saben que un gobierno socialdemócrata, en su búsqueda de algo de igualdad, va a querer cobrarles impuestos. Como cuando durante la pandemia querían hacer el impuesto a las grandes fortunas que de vuelta, para ellos era literalmente dos mangos.
– Y entonces ¿qué?
– Entonces sucede que militan la eliminación de impuestos diciéndote a vos que pagas muchos impuestos. Usan sus medios de comunicación y sus periodistas para llenarte la cabeza a vos que sos un cabeza de pija con dos pesos en el banco.
– Bueno che, sin insultar.
– Es cariñoso. Entonces vos vas y militas por ellos algo que a vos no solo no te beneficia, sino que te perjudica. Porque el Estado es gobernado por un demente que piensa así y les baja los impuestos y sin esos ingresos deja de hacer cosas. Y entonces vos para vacunarte tenes que pagar 140 lucas cuando capaz hubieras pagado 100 pesos. Y los que no tienen esa plata no se vacunan y generan una epidemia que podría haberse evitado. Y no te hacen una obra pública. No inauguran hospitales o escuelas. Y esos pocos hospitales y escuelas que son públicas y mantenes con dos mangos de tus impuestos, dejan de tener financiación estatal y se caen en pedazos. Docentes y médicos dejan de cobrar, tienen que ir a buscar trabajo al sector privado que…
– Es un juego de la silla.
– La estas viendo.
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