Carta abierta al hincha de Boca

Carta abierta al hincha de Boca
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Carta abierta al hincha de Boca

Te escribo a vos amigo bostero. O Xeneize si te cae mejor.

Saquemos del medio la cuestión que nos atañe a los riquelmistas que es entender sin tapujos que todo lo malo que aqueja a Boca Juniors es amplificado por los medios y bots en redes de extracción macrista. Entendido, archivado. También corramos del eje la discusión el hecho de que sentimos que es una pelea de Boca Juniors (la idea) contra todos (los medios, la política nacional, el presidente que supuestamente es de Boca, ex futbolistas del club, actuales, dirigentes, directores técnicos). Entendido, archivado también. Es clave superar esto.

Una redactora de Mecha (la amiga Sole Zeta), hincha de Platense (actual campeón del fútbol nacional), pega una captura en el chat de la redacción donde muestra que Boca esta muy arriba en la tabla anual y a pasos de entrar en Copa Libertadores 2026, lo cual para cualquier club que no sea el xeneixe o River es un campañón. Y, a ver, es fundamentalmente cierto. También es cierto que los de casaca azul y oro no ganan hace once partidos.

 

El problema es el ser

Desde hace tres años, con períodos mejores sin duda, el hincha de Boca Juniors observa cíclicamente el mismo partido. Once jugadores –los nombres se modifican más o menos por semestre a excepción de Frank Fabra– que de manera timorata, lenta y pesada, pasean el balompié de manera lateral, buscando a los carrileros para tirar un centro a un 9 que (1) no es Martín Palermo y (2) no juega de Martín Palermo. Este esquema se repite durante los noventa y pico de minutos con mayor o menor urgencia de acuerdo al resultado, la localía o el riesgo. Y es un sistema que se mantiene (insisto) con mejorías puntuales, sea quien sea el director técnico. Lo vimos con Miguel Ángel Russo en el 2021, con Mariano Herrón, con Sebastián Battaglia, con Hugo Ibarra, con Jorge Almirón, con Diego Martínez, con Fernando Gago, y ahora nuevamente con Russo que, si no me falla la conspiraneta personal, vino apurado por una torta de guita para que durante el Mundial de Clubes, el DT no fuera alguien que no sabe lo que es una vitrina. También se mantiene la forma de jugar sea cual sea la disposición en el campo: 4-4-2, 4-3-3, 5-3-2, 3-4-3, 4-3-1-2 o 4-2-1-3.

El mayor problema que tiene el hincha riquelmista hoy, es entender que Román no es en realidad del riñón del club como por ejemplo lo fue Battaglia. El presidente del club es un adoptado por la liturgia. De alguna manera, aunque sea irónico y lastimoso decirlo, el hijo de remil putas de Mauricio Macri entiende mejor a la institución que nuestro máximo ídolo porque nunca dejó de entender que Boca es GANAR y que Boca NO es GANAR LINDO. Boca es el gol mas feo que vas a ver en tu vida porque lo importante de esa oración es GOL. La estética del asunto nunca estuvo involucrada. El DT mas importante de la historia del club, Carlos Bianchi, comprendió esto al dedillo. El plan del Virrey en todas sus etapas siempre fue “busquen al talentoso y que este asista a los delanteros“. Con esa estrategia tan básica y antigua trascienden los mejores directores técnicos del mundo y salen campeón equipos inverosímiles. Porque el sacrificio, en el deporte, es tan necesario como el talento. Ojo, también puede salir mal, pero a menudo, si se combinan el esfuerzo con algo de visión, el resultado es positivo. Y esperen. Nosotros los hinchas tenemos recontra claro que el declive ¿cognitivo? de la sociedad no esquivó a los futbolistas y que Bochini al lado de Pavón parece Einstein. Lo preocupante quizá sea que Pavón termine siendo el Einstein de alguien.

Juan Román Riquelme, criado y crecido en Argentinos Juniors (como Diego Armando Maradona) fue exitoso como futbolista bajo directores técnicos que dejaron volar su magia y lo rodearon de varios rústicos voluntariosos que entendieron su rol. Claro que en los planteles mas exitosos había cracks como el negro Ibarra, Guillermo Barros Schelotto, Palacio. Pero con una intención de equilibrarlos con los Serna, Bermudez, Basualdo, Schiavi, Samuel, etcétera. Como presidente parece no haber entendido o asumido esa verdad y quiere que Boca sea el Bicho de la Paternal (o Independiente, o River). Un conjunto de talentosos envidiosos de su titularidad que creer ser mas grandes que la camiseta que portan. Niega la esencia misma del club.

Entiendo perfectamente que si un equipo tiene un exceso de recursos debe aspirar a jugar de manera mas espectacular. A fin de cuentas, el fútbol profesional es eso, un espectáculo. Pero al hincha de Boca no le importa llenar el Alberto J. Armando y pasarse 90 minutos bostezando si en uno de esos minutos un delantero propio la empuja a la red del rival. Puede que sea un defecto, innegable, pero es uno con el cual vivimos felices.

 

Algo huele podrido

Boca no gana y Boca no juega a nada. Un plantel larguísimo, con alrededor de cuarenta profesionales más otros tantos a préstamo. Cuatro arqueros, tres laterales por lado, media docena de centrales, media docena de volantes centrales, carrileros, tres delanteros centro, dos enganches, tres extremos. Ningún DT desde el último campeonato en el 2023 supo cómo ponerlos en cancha y hacerlos jugar al fútbol. No corren, se dejan presionar, no desbordan, no pasan la línea de la pelota, ningún centro va a un sitio peligroso, no hay quiebres, no hay pases entre líneas, y pedir un control orientado sería el equivalente a aprender un conjuro. Y aún siendo inofensivos hasta la obscenidad, tampoco se defiende bien. Cualquier tiro de esquina o centro es medio gol por marcajes en zona o descuidos en la segunda jugada.

No hay equipo de memoria. La columna vertebral esta toda rectificada. Un día el 9 es el mejor del equipo y a la semana siguiente lo sacan en el entretiempo.

Un semestre el 5 de las inferiores es la figura descollante y al otro lo borran porque es muy joven cuando en la vereda de enfrente venden pibes de diecisiete años a cincuenta palos verdes.

Traen volantes por izquierda y los hacen jugar de wings por derecha.

Traen dos volantes derechos porque el de las inferiores es un medio pelo. Lo dan a préstamo a la sucursal norteña amiga del presidente. Se lesionan los dos volantes derechos.

Ninguna decisión en Boca Juniors es normal. Ni las que toman los futbolistas, ni las que toman los técnicos, ni las que toma la dirigencia.

¿Por qué no venden jugadores? ¿Por qué no dejan libres a futbolistas que ya cumplieron su ciclo? ¿Por qué se pelean tanto con pibes de las inferiores?

Algunas de estas preguntas tienen respuestas y hasta podría decir que concuerdo con el CDF. El asunto es que no parecen tener un plan a largo plazo para resolverlas.

Sí, muchos chicos de las inferiores son representados por agentes cercanos al macrismo. ¿Por qué los dejan llegar a primera si saben que van a ser un potencial inconveniente? ¿De qué sirve el capital principal de un club –sus inferiores- si no son fieles a Casa Amarilla? ¿Cómo se resuelve en el 2025 el tema de las filtraciones a prensa?

Y así es que tenemos treinta muchachos de entre diecisiete y veinticinco años que refuerzan a una docena de clubes de primera división hace años y que vieron sus oportunidades diezmadas por otros treinta muchachos de entre treinta y cuarenta años con carreras en declive, lesiones incurables y sueldos altísimos porque son los únicos dispuestos a venir a esta picadora de carne.

Y uno se pregunta ¿por qué?

¿Tan peores son Aaron Molinas o Vicente Taborda que el chileno Carlos Palacios? ¿No merece un lugar Maximiliano Zalazar después del vigésimo enganche para atrás de Alan Velasco? ¿Jabes Saralegui sano es menos que los restos putrefactos de Ander Herrera?

¿Cómo se explica que tipos como Nazareno Solís, Agustín Obando, Norberto Briasco, Gonzalo Maroni, Marcelo Weigandt, o Israel Escalante sigan siendo futbolistas de Boca cuando apenas pisan el club hace años?

Y puedo seguir horas con desquicios administrativos que no le sucederían al quinceavo pasante de una PYME y que de manera insólita suceden en nuestro club –uno de los diez clubes mas grandes e importantes del mundo-  con frecuencia semanal. Y esto no es ni de casualidad una comparación culpable. Pero en las asociaciones civiles también se deja ir personal si hacen mal su trabajo. Boca se olvidó de anotar a un futbolista para una instancia de copa y no rodó ninguna cabeza. En estas horas parece que se disolvería (por fin) el Consejo de Fútbol y JRR10  estaría dispuesto a contratar a alguien con alguna preparación formal para el cargo. Está por verse. Tal vez nos desayunemos conque el próximo manager es el Chanchi y los dedeados vamos a ser los hinchas.

 

La Salida es Ezeiza

Literalmente. Apenas arribó Russo planteó volver a Casa Amarilla, hacerles sentir el riesgo a los futbolistas de que les prendan fuego los autos. No es algo que estoy apoyando. Es una realidad presente y tras la derrota con Huracán, ya hubo un apriete. En Argentina, los futbolistas que no rinden -los equipos que semana a semana dan lástima- eventualmente sienten el escarmiento de los hinchas. Hacer entrenar a los futbolistas en Casa Amarilla es una manera sutil de decirles que enfrente está el león y se apresta a rugir. Ya lo hizo de hecho y es probable que suceda en el próximo partido de local.

Lo que como hincha de Boca deseo es paz. Anhelo que haya un retiro en el predio de Ezeiza. Espiritual si se quiere. Que se internen una semana y se digan todo y que el mensaje sea “juntos a dejar la vida en la cancha”.

Quiero que Román despida a un montón de gente y vuelva a ser el ídolo de tres Libertadores.

Quiero que los futbolistas traben con la cabeza y entiendan que esto es Boca. No tenemos guantes blancos. Tenemos cuello azul. Es el club del trabajador. Del inmigrante. Del pobre que quiere festejar ALGO una vez por semana porque el resto de su vida es una verga.

Y me parece trágico a un nivel trascendental que esa verdad la comprenda mejor un forro como Mauricio Macri que no sabe lo que es esperar el Roca a las 5 de la mañana, que Juan Román Riquelme que tenía que compartir el mate cocido.

No, Román, el club no está bien.

Despierten ya. Que haya por fin un plan y que se sostenga. Que todos tiren para el mismo lado una puta vez.

Firma: un hincha.

La Situación del Fútbol en Argentina

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