El Villano de la Semana
07-10-2024 09:03

Esta historia empieza con mi hijo, Tato. Tato es adolescente, por lo tanto vive con auriculares, escuchando cosas de adolescente. Yo no soy adolescente, soy un padre jovato paradójicamente canoso y pelado, pero soy un tipo curioso así que le pregunté que era, y la respuesta fue “estoy escuchando escritas“.

Al ver mi mirada de incomprensión me explicó que son “batallas escritas“, a diferencia de las batallas improvisadas del freestyle. Al ver que su explicación no me explicaba bajó doce escalones y me hizo ver un video: G-Sony vs HDR. Ese momento, en un living de un AirBNB atrás del centro cívico de Bariloche, es un evento canónico de nuestra relación, aunque ahí todavía no lo sabíamos.

Primero, la escena:

-Dos personas, que tal vez se llevan bien, o son amigos, o se odian.
-Dos grupos de personas, sus “esquinas”, una apoyando a cada uno.
-Pseudofamosos o famosos de verdad pero que no conozco parados mirando.
-Uno que grita “A mi izquierda, preséntese!”

Ahí es cuando los rivales se enfrentan en tres rounds de hasta 20 minutos cada uno, es decir hasta una hora por participante, en la que se espera que de memoria reciten musicalmente algo que llevan meses preparando, tres poemas cada uno. Porque eso son. No hay ganadores ni perdedores excepto en la mente de cada testigo. Eso es una escrita.

Supongo (con la confianza que me da la ignorancia) que son una manera de escapar de la limitación inherente en el freestyle, porque no importa lo buen improvisador que uno sea, pelear en freestyle es tentar al espíritu de la escalera que mencionan los franceses, esa respuesta buenísima que se te ocurre justo justo cuando ya saliste de la fiesta en la que discutiste, cuando estás llegando a la calle y es la sensación más fea que te puede dar tu mente, saber que tenías algo brillante adentro, pero sos demasiado bobo para poder usarla en el momento en que te hubiera dado esa módica victoria sobre el pedante que insiste que el fetichismo de pies de Tarantino le impide apreciar su obra, pero me estoy yendo por las ramas.

El freestyler es al payador lo que el que hace escritas es al que escribe poesía gauchesca. El freestyler te sorprende en el momento como un oso que baila, tal vez no baile bien pero a la mierda, es un oso, y ellos están diciendo poemas que se le ocurren en el momento y … ok?

Una vez que te dan la posibilidad de prepararte no tenés excusas, no podés ser un oso bailarín, tenés que bailar bien.

freesyle en la calle

Tenés que bardear al otro, pero tenés que bardearlo tan bien que el otro acepte que sí, que tenés razón, o tan complicado que sólo lo entienda cuando lo vea en youtube y te quiera cagar a piñas, ya no estás ahí. Y si encima sos un oso, joya.

Hay distintas maneras de encarar una escrita.

Algunos investigan la vida del oponente, buscando esa falla estructural en su psiquis o su pasado que, con un suave golpecito, deje al rival expuesto como un fraude, o le duela en la fibra más íntima y haga que los demás se rían de él, o lo distraiga, lo convierta en una piltrafa incapaz de devolverla. El arquetipo de ese estilo es Chili Parker, el más popular de Argentina en este “deporte”. Te investiga a lo Stiusso, te insulta, te difama te agravia y te humilla.

Para mí ese estilo es despreciable, y sus cultores son indignos representantes de lo peor de la cultura moderna. A veces son graciosos.

Otros escriben un poema sobre la inmortalidad del cangrejo y lo difícil que es ser ellos, que son sensibles, que la pasan MAL, que preferirían sinceramente una vida más sencilla, contemplativa, en contacto con la naturaleza, que no te engañe su aspecto de musaraña desnutrida criada en un sótano, en realidad ellos son testigos del desierto de lo real, almas límpidas que se buscan a sí mismas y sospechan que no se encuentran porque deberían buscar en la India apenas resuelvan unas cuestiones presupuestarias.

Un ejemplo de esta categoría sería Replik y en las palabras de Dolina: cuando mueran habría que llevarlos a una mansión con pocos muebles, medio bajón, todo gris y apenas empiecen a hablar de como eso es el infierno porque están vagamente aburridos ahí si, darles el tratamiento completo con lago de azufre, demonios que les claven tridentes en los genitales, la cosa sana.

Freestyle movistar arena

Hay quien simplemente toma la oportunidad para recitar un poema con un yeite, usar sólo palabras esdrújulas o batir el record de personajes de Dragonball mencionados en 20 minutos, o recitan la formación de Racing del 68 de atrás para adelante, o te explican un juego de palabras pero la explicación es a su vez un juego de palabras que usa la misma técnica que estaban explicando. Esos me caen bien.

Está el que solo enumera sus dificultades, cuando era chico en la villa nevaba mucho y él iba al colegio a caballo por avenida Rivadavia cuesta arriba en ambas direcciones y luego volvía; sólo había para comer un zapato que su madre había robado de la casa de un cheto y como sus hermanitos eran chiquitos, el sólo chupaba el cordón. Con ellos todo bien, pero no podés hacer sólo eso, hasta Monty Python tenía otros sketches que no eran los four yorkshiremen.

Hay quien es el gracioso de la clase, te bardea pero light, compara tu pera con un alfajor con la tapa corrida y cómo te vas a enojar con eso, si tu tamaño nos supera, no, su pera, pero te das cuenta que lo dice con buena onda, el que te dice la misma frase dos veces pero al decirla distinto significa exactamente lo opuesto y te cagás de risa. Esos los aprecio.

Porque como toda forma artística en las escritas hay protocolos, hay formas clásicas tan firmes como las sílabas que lleva un alejandrino, y a las formas se las respeta, hablemos de barras.

Porque te van a hablar de barras todo el tiempo. Te van a gritar “BARRAS” intempestivamente, y ¿Por qué? Porque está mal traducido, orgullosamente mal traducido. En inglés son bars, que quiere decir compases. Acá son barras. Te tiran barras. Te piden barras, te festejan las barras.

barras freestyle

Y las barras no son todas iguales, porque como dije, las formas clásicas se respetan y es raro el que no tira “gun bars”, pseudo amenazas hiperbólicas haciendo forma de pistola con los deditos. Algunos ejemplos:

Agarro esta (forma de pistola con los dedos) y te convierto en una fiesta de tinchos y milis, te lleno de huecos” – Big Soul

Traje esta y esta otra (gesto con ambas manos), y las llamo la doble Nelson, porque tatán tatán” – Chili Parker en una oscura referencia a Walter Nelson, no a la llave de lucha libre.

Traje esta (gesto de pistola) y le digo Armani, porque no la voy a usar (se mete la mano en el bolsillo)” – Cill

le pondrán borla en la cabeza, hecha de hilas, para curarle algún balazo que quizá le habrá pasado las sienes o le dejará estropeado de brazo o pierna” – Cervantes, en El Quijote.

O “tu guacha bars“, en las cuales se habla (de manera desagradable) de la pareja del oponente (“A tu novia le dicen depredador…” sí, hay cosas acá que quedarían perfecto en Café Fashion o contadas por Alacrán en el show del chiste de VideoMatch)

¡Qué galán que entró Vergel
con cintillo de diamantes!
¡Diamantes que fueron antes
de amantes de su mujer!
– Tu guacha bars, Baltazar de Alcázar, siglo XVI

Y no puedo dejar de citar un momento horrible que me hizo reír mucho de esa manera que sólo te reís cuando no podés creer que alguien haya dicho eso.

Lugo de unas “tu guacha bars” Chili Parker le pregunta al público si mejor deja de hablar de la pareja del rival y habla del rival mismo. El público asiente y Chili continúa con … “Y HABLANDO DE CHUPAPIJAS…”

¿Homofóbico? Sí. ¿Desagradable? Totalmente. ¿Gracioso en contexto? FUCK que sí, aunque acá no le estoy haciendo justicia.

Aparte el rival tenía como frase recurrente “Esto no es una genkidama (abriendo los brazos en forma de círculo), es como te quedó el recto” así que tal vez se lo merecía.

¿Es crudo el lenguaje? Más vale. ¿Es ofensivo? La mitad del tiempo. ¿Es agresivo? 90% del tiempo. ¿Pero por qué no debería serlo? ¿Por qué sería menos poético algo porque es gracioso o porque es grasa, o feo, o agreta? Nadie dice que la prosa no es prosa, la poesía es otra cosa, la poesía es la intención poética. Y se puede bardear con intención poética, se puede putear con intención poética, y lo digo como persona orgullosamente prosaica que no puede rimar repentina con argentina.

En el evento en el Movistar Arena sin embargo sentí que se rompió algo. En la lucha libre yanqui hay un concepto maravilloso, el keyfabe, “la confabulación”, un acuerdo tácito entre los luchadores y el público de que al mismo tiempo todas las cosas que pasan en el ring aunque sean obviamente mentira son reales, que toda la mitología inventada de cada personaje es real y simultáneamente todo lo que pasa fuera del ring (los escándalos, las drogas, los esteroides) no existen. Sin el keyfabe es imposible disfrutar la lucha libre, porque implicaría que al verlo uno es un sádico que se divierte al ver gente autodestructiva haciendo como que destruyen al contrincante.

La última batalla fue entre G-Sony y Chili Parker. Se acusaron de cosas horribles que de ser ciertas implicarían que ambos deberían estar presos, y en un momento … apareció Sergio Maldonado. Porque (toma aliento) … G-Sony acusó a Chili Parker de sobornar a uno de sus allegados para que le adelante de qué iba a hablar y entonces Chili puso un tweet tipo “va a llevar una madre de plaza de mayo” y después dijo algo de los peritos y Maldonado y … terminamos con Sergio Maldonado, el hermano de Chili Parker queriendo agarrarse a piñas, el CEO de la empresa organizadora saltando del escenario a “discutir” con alguien que participaba en una liga de freestyle que cerró hace años.

Digamos que me tembló el keyfabe.

Pero piénsenlo de esta manera. Había hace poco 10000 personas pagando entradas CARAS para ir al Movistar Arena y encerrarse a escuchar poesía, buena, mala, peor, fea, linda, por seis o siete horas un jueves a la tarde. Uno era Tato, otro era yo.

ROUND UNO, y los dejo con Jaloner.


Roberto AlsinaNuestro Villano de la Semana es Roberto H. Alsina.

Señor grande, nerd, mi hijo me hace hacer cosas.

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