La aniquilación televisada

La aniquilación televisada
● hacé scroll para leer más ●

La aniquilación televisada

Sionismo” no es equivalente a “ideología que está de acuerdo con la limpieza étnica de Gaza”. El pueblo hebreo no es el único pueblo semita, los palestinos también lo son. El patriarcado no tiene miles de años: aunque los sistemas de sexo-género anteriores también realizaran una división y jerarquización de los sexos con alguna base biológica, la mayoría de las estudiosas sobre el tema te dirían que el patriarcado como lo conocemos surge en paralelo al capitalismo, después del cercamiento de los terrenos comunales y el gran éxodo a las ciudades. Y “hegemonía” no tiene un pito que ver con tener medidas 90-60-90, ser rubia y tener los labios llenos de hialurónico. Si Antonio Gramsci escuchara esa versión podrían suceder dos cosas: o se revolcaría en su tumba o largaría unos buenos jijazos. No tuve el gusto de conocerlo así que elijo la opción b: a veces toca aceptar que la divulgación de las ciencias sociales implica necesariamente una posibilidad de dispersión de los conceptos

Hay quienes argumentan que, dada la definición del derecho internacional utilizada hasta ahora, lo que sucedió en Argentina entre 1976 y 1983 no califica técnicamente como genocidio. Y no lo critico, no necesito que podamos calificarlo como tal para hablar de horror, de crímenes contra lo más profundo de lo humano, o para gritar Nunca Más. El feminismo de esta cuarta ola ha convertido en grito de guerra el “fue femicidio” y me parece un error: creo que es irrelevante si tal o tal otro caso califican dentro de una determinada categoría del derecho penal, creo que el derecho penal es bastante una verga en toda su existencia y constituye la verdadera definición del concepto “mal necesario”. Otro cantar es que se reconozca la figura, el concepto, porque ahí se apunta a lo sistemático. 

Me voy por las ramas.

“Gaza es un genocidio perpetuado por el sionismo”. “Criticar al Estado de Israel por ejercer su legítimo derecho a defensa es antisemita”. Ajá. ¿Qué me importan los términos, no? Qué me importa la precisión científica a la hora de decir algo tan elemental como que segregar, desplazar, bombardear, hambrear, tirotear, anunciar, fomentar, concretar, festejar y televisar la aniquilación de un pueblo está mal, es una afronta contra lo humano y contra lo sagrado, si es que existe, y debe ser condenado, combatido y frenado por el resto del mundo. 

No hay dos demonios. Cualquier intento de comparar este año y medio de aniquilación premeditada llevada a cabo por un Estado soberano en complicidad con las grandes potencias del mundo con los atentados de Hamas el 7 de octubre es desleal, deshonesto, y de persona asíiiiiiii así de chiquitita. La teoría de los dos demonios es así acá y a medio mundo de distancia. Estaba mal cuando mi abuelo me hacía rezar para que liberen a los milicos cada navidad y está mal cuando vos relativizás la masacre más grande del siglo XXI porque tu tío vive en Israel.

De Yasser Qudih / Reuters

Está mal cuando te agarrás de que el sionismo supo ser de izquierda para evadir con una nota al pie el quid de la cuestión de lo que el otro está queriendo decir: que esto es deshumanizante

Está mal cuando se escudan en el antisemitismo real, existente, peligroso y en expansión para defender acciones reales, existentes y en expansión que hace rato sobrepasaron el estatus de lo “peligroso”. 

Está mal relativizar. Está mal callar. Está mal ejercer un silencio selectivo cuando se juega, al igual que en Auschwitz, la esencia de lo humano, los límites de lo que una persona le puede hacer a otra sin consecuencia o freno. 

Está mal argumentar sobre si el Estado de Israel tiene o no derecho de existir, porque existe, existe hace 70 años y ejerce una violencia atroz y desmedida contra una nación que no tiene Estado que la proteja, y que no lo tiene gracias al accionar del Estado de Israel y sus aliados.

Está mal ponerle notas al pie a la esencia de lo humano

Y a su destrucción.


Compartí este post


MECHA es un proyecto comunitario que hacemos a voluntad. Si te gustó este artículo, te proponemos invitarle Cafecito a su autor/a/e como reconocimiento.