
18 de Marzo de 2025
Split Fiction: Josef Fares sirve concha
Es mentira que no se puede innovar
Split Fiction: Josef Fares sirve concha
Hace más de dos años que no hago reseñas de videojuegos. Las razones son muchas, pero la que interesa para este artículo es que las reseñas siempre me parecieron casi todas iguales: descripción generalizada, pros, contras, jugabilidad, etc. Todos los apartados que los medios internacionales gigantes que reciben las keys en tiempo y forma publican antes que cualquiera.
Split Fiction es una obra tan increíble y fuera de lo normal que sentí la necesidad de escribir sobre ella. No sé si esto es necesariamente una reseña, tal vez se trata de un análisis específico: por qué este título demuestra que se puede ser original en esta industria repleta de clones y basura.
Josef Fares
Si estás leyendo y no sos de manejarte mucho en esta industria, quizá no lo conozcas tan bien. Josef Fares es un game designer (también director de cine) sueco-libanés reconocido por dos cosas: la primera es que hace juegos cooperativos (Brothers: A Tale of Two Sons, A Way Out, It Takes Two), la segunda, mas jocosa, es que en los Game Awards 2017, se salió de guión para criticar las microtransacciones de EA y sentenciar:
“Fuck the Oscars”.
A partir de este evento se empezó a hacer muy conocido su estilo excéntrico de expresarse con una soberbia inmensa: Fares no suele mostrar autocrítica y todavía menos humildad en ninguna entrevista o discurso. Con todo lo que detesto estas actitudes, tengo que decir que posiblemente es uno de los pocos humanos a los que les tengo otorgar toda la razón de actuar así.

Es bastante divertido ver a Keighley recibir todos los años a Fares después de esto, casi se puede sentir el latido nervioso de su corazón.
Cooperar
No es que los lanzamientos de Hazelight se distingan tanto a otros cooperativos que conozcamos. Es que en todos estos años de recorrido se han enfocado en elevar la experiencia desde un lugar casi filosófico:
¿Qué es lo que hace que un juego sea divertido?
¿Cómo logra incluir a un amplio espectro de personas para disfrutarlo, incluso aquellas que no acostumbran rodearse de videojuegos?
Y la pregunta más fumona de todas:
¿De dónde se origina nuestra tradición lúdica de los juegos en la infancia?
En este sentido sucede una especie de contradicción: mientras que la personalidad de Fares detenta un ego descomunal, sus creaciones despliegan con muchísima humildad la simpleza de lo que significa el acto de jugar: se enfocan en el disfrute, homenajean la historia lúdica en los sentidos más simples hasta los videojuegos más actuales y todo lo hace de manera cohesiva con la historia.
It Takes Two de por sí fue una especie de quiebre presentando una forma de introducir novatos al pasatiempo. De forma amable nos lleva a través de las mecánicas, y las enseña para luego poder aplicarlas en una sana combinatoria sin perder tiempo en dificultades que puedan frustrar. Al contrario: demuestra que dos personas de distintas experiencias lúdicas pueden compartir un momento jugable de diversión plena y jugar en el amplio sentido de la palabra sin que esto exija aceptar castigos para conseguir premios.
Ficción Dividida
Cabe destacar que esta nueva obra nace en un momento crítico de la industria: hay un vacío de originalidad. La industria del desarrollo produce clones de títulos exitosos en orden de esquivar la plaga de despidos.
Split Fiction hace exactamente lo mismo que It Takes Two y A Way Out: plantea dos personajes que por eventualidades de la vida tienen que encontrar la salida a una situación que les condiciona y quienes se ven en la obligación de colaborar. Como si la entrega anterior funcionara a modo de punto de partida, toma todo esto y lo eleva.
Detesto lo quemado del término “tal cosa es una carta de amor a x” pero es inevitable en el caso de Split Fiction: hace todos sus esfuerzos por recordarnos a qué jugábamos cuando éramos peques, cómo influyó en nuestra creatividad y de qué manera se relaciona con los videojuegos en el presente.
Cada escenario incluye un montón de recuerdos: todes alguna vez saltamos en un sube y baja, avanzamos en una rayuela, tiramos piedras chatas al agua para hacer “sapito”, usamos cualquier aro para improvisar una canasta, disparamos a los muñecos de una kermesse… mini juegos que no tienen más propósito que hacernos disfrutar un ratito. Revolver nostalgia para transmitir un mensaje sólido: desde nuestra infancia apreciamos esos momentos y no necesariamente con una finalidad ulterior.
@vamprysca Split Fiction – Hop Scotch splitfiction gamers gamergirl #hopscotch #school #nostelgia @xyberuss
Cuestión de Género
Como si todo esto no fuera suficiente, Split Fiction hace el esfuerzo por comprimir en su ADN muchísimos géneros. Aunque en esencia es un plataformero de aventuras, vamos a tener oportunidad de jugar sidescrollers estilo Contra, hack & slash top down como Diablo 2, juegos rítmicos musicales, shoot em ups, FPS… ¡Incluso podremos protagonizar un pinball!
Los géneros no se quedan únicamente en la dimensión mecánica, la narrativa también quiere explorarlo casi todo: arranca desde los dos árboles de la ciencia ficción y la fantasía representadas en cada personaje, pero después recorre las temáticas más populares mezclando cuentos clásicos, soulslikes, mini historias adicionales que atraviesan Harry Potter, Blade Runner, Akira, El Señor de los Anillos y muchísimo, pero muchísimo más.
¿Pesadillas con dentistas? También tenemos.
Podríamos pensar que tener un paquete que incluye casi todo lo recorrido en esta industria sería suficiente, pero no. Split Fiction se da el lujo de incorporar lo que probablemente tenga el potencial de convertirse en una nueva mecánica en sí misma. Tengo miedo de cagarles la sorpresa del último nivel, pero sólo puedo decirles que van a experimentar una modalidad nunca antes vista, capaz de hacerles explotar la cabeza desde la ruptura de la cuarta pared pero también en la forma de jugar y sobre todo: coordinar. No estoy exagerando. Es revolucionario y sorprendente por partes iguales.
Split Fiction no deja una idea sin explorar, es una verdadera oda a la originalidad y el cachetazo que necesita esta industria para entender que siempre hay espacio para innovar. Sólo hay que saber incentivar equipos en la dirección correcta y sobre todo todo: otorgar el tiempo suficiente para desarrollar ese disfrute, en vez de presionar para que cumplan con las expectativas del inversionista.
Esto recién comienza
Split Fiction es una cátedra de game design y la demostración viva del alcance real de la creatividad en videojuegos.
No hace falta que seas excéntrico y creído como Fares para hacerlo, pero sí recordar que nacimos jugando: todo aquello que hacíamos en nuestros ratos libres, cuando forjábamos universos de fantasía donde transcurrían los juegos infantiles, de ese material están hechas las ideas que nos hacen disfrutar.
Puede que todavía existan debates sobre qué significa realmente jugar, pero me aventuro a decir que parte de la respuesta está en jamás dejar morir esa infancia que nos permitió crear en la mismísima nada. Si queremos ver más obras originales y seguir ampliando terreno, es por ahí.
Vayan corriendo a conseguirlo, será de lo mejor del año.