Hace unos largos meses, y coincidente con mi manifiesto personal (¿?) de construir comunidad como forma de combatir al individualismo imperante, decidimos con el staff de Mecha proyectar un canal de Discord. Entendimos que era la mejor forma de generar un espacio colectivo.

Históricamente, tal vez, hubiéramos usado Facebook, pero hace años que la red de Cambridge Analytica Mark Zuckerberg dejó de tener ESE tipo de relevancia. Ahora tiene otra y a nivel nacional es para un enorme estudio por parte de alguna universidad estatal con financiación. O sea, gracias a Milei y sus votantes, ninguna. La tesis es que mucho votante “escondido” de Milei proviene de los grupos zonales de esa red –sorpresivamente, muy populares aún- y el under barrial de Tik Tok y sus lives.

En la actualidad, la gente cool (¿?) que quiere tener amigos se junta en Discord.

La gente cool cínica que quiere seguidores usa Twitter. Podrían hacer stand-up pero les da ansiedad.

– “Por qué no sumo interacciones si tuiteé para que me funen”

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Hace un mes, el 13 de septiembre del 2024, Mecha concretó el servidor de Discord para traspasar esa frontera del “followerismo” hacia el país del abrazo. Hace treinta días, mas o menos, elegimos cultivar relaciones de tú a tú en contra del tirapostismo misantrópico de la red de Elon Musk que es, ya sí decididamente, un villano caricaturesco. También súper peligroso, como todo billonario con capacidad de hacer, en definitiva, lo que se le cante las pelotas.

Que se entienda: como medio, Mecha no abandonó Twitter y es, quizá contra mi deseo personal, la red que mas “sirve” para nuestro proyecto escrito. Por alguna razón (o muchas), es la red elegida por los medios, y por las personas que consumen medios (escritos). Entonces, objetivamente, irnos sería como darse un tiro en el pie.

La dinámica de consumo se da hoy a través de redes. No diría que se abandonó totalmente el “navegar webs”, sobre todo a nivel profesional, pero en el uso personal, es notorio el cambio en las formas de consumir.

Hace ya unos años que hay un estancamiento en la construcción de nuevas redes. Es como que las más populares son las mismas hace más de una década, o década y media. Es cierto que cada tanto surge alguna nueva plataforma intentando hacerse un lugar (llámense Mastodon, BlueSky, Threads, o incluso Telegram), pero terminan perdiendo contra la naturalidad de las famosas. Todos querríamos abandonar Twitter por BlueSky, pero terminamos volviendo al pajarito porque nadie viene con nosotros.

– Es literalmente la primera vez que ves el logo de Mastodon

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Al discutir dónde generar esta comunidad, se dio un consenso más o menos general de que tenía que ser Discord. Red que, admito, detesto. En sus inicios, Discord no funcionaba como una “red social” per sé. Era (es) un medio para comunicarse mientras se viciaba videojuegos online. Nació en el 2015 como opción al espantoso Skype y al alicaído Raidcall. Lentamente, sus desarrolladores fueron agregándole mas y mas opciones para la construcción de comunidades; y hace ya varios años (diría que durante la cuarentena fue su explosión) que es la red preferida para las reuniones virtuales.

Desde que tenemos el canal, admito nuevamente, se me hizo más sencillo navegar su interfaz sobrecargada. Sobre todo porque hemos armado el espacio con la idea clásica de foros como norte ¿Recuerdan Drakon, o los foros de 3D Gamers? Acá se habla de gaming. Acá de manga y animé. Acá de cómics. Acá de series y cine. Acá de política. Acá nos presentamos. Entonces los viejos dinosaurios acabados como yo podemos revivir la nostalgia dosmilera en paz.

Y, al margen, casi ni entrar a Twitter.

– Esos buenos viejos tiempos donde podías fumarle en la jeta a un nene de once años

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Es así. Desde que Musk compró Twitter y lo renombró “X” porque es un subnormal sin una idea propia, fuimos varios los que notamos que “el algoritmo” nos estaba alimentando Galperines varios y cuentas troll a mansalva. Ya no solo no podíamos ver a los que seguíamos, sino que aparte, todo el timeline es un descontrol. Básicamente, el minero del Apartheid rompió una red que funcionaba mas allá de sus defectos.

Twitter, que siempre fue hostil, se transformó en la Franja de Gaza y nosotros, los buenos, somos los palestinos. La analogía no es sutil. Literalmente ellos son sionistas y ensobrados del MOSSAD.

Ustedes pensarán ¿Pero entonces, si nosotros somos los “palestinos de Internet” por qué abandonar en vez de resistir?

La revolución de las redes

Y, en principio, porque la analogía sirve para el texto, pero no es real. No nos llueven misiles a nosotros. Nos llueven twits de subnormales nazis. Nosotros “elegimos” estar ahí. No es nuestra nación, nuestra cultura y nuestro pasado. Es un programa. Una web. Una red social que no sirve mas que para generar odio.

Y si nosotros no queremos fundar desde ahí, mejor irse.

A Discord.

Están invitados.

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