Una de las cosas que más me atraen del cine, o en realidad, del arte en general, es su capacidad de dispararnos emociones. Aunque muchas obras lo logren, el cine posee en su lenguaje la habilidad innata de contarnos una historia más larga en la que sumergirnos y, eventualmente, dejar salir sensaciones maravillosas, fuertes, conmovedoras.
Sin embargo, algo que noto con frecuencia es que las emociones más “populares” que nos podemos encontrar en el cine son alegría, tristeza, miedo y enojo. No tiene nada de malo, creo que es lo “normal” que así sea.
Es un espectro que nos acerca bastante a nuestra vida cotidiana.
Entonces es allí, en lo extraño, que surgen algunas películas que logran generar una sensación no tan habitual: la incomodidad. (Videojuegos también hay de esa clase, pero conmigo sólo Inscryption logró algo así). La incomodidad no viene sola, generalmente va acompañada de algunos otros condimentos como tensión, morbo, asco y hasta puede que vergüenza.
Por esta simple razón es que disfruto mucho este tipo de películas: despiertan sensaciones novedosas pero aún así se proyectan en el ámbito de la ficción, logrando que no sean tan intolerables como en la vida real. Siempre existe un denominador común de que eso que tan incómoda me pone, no está sucediendo de verdad
¡Pero qué genialidad poder plasmar en una obra tamaña sensación y que sea disfrutable!
A continuación, les comparto una lista que no tiene ningún orden establecido. A mi manera de ver es una buena puerta de entrada a esta clase de cine que puede ser de diversos géneros. Hay muchos factores por los cuáles una película puede ser incómoda, pero creo que en vez de ponernos a detallarlos en una nota/ensayo, más divertido será que leas algunas descripciones que sirvan como ejemplo de qué sensaciones producen.
Aclaro que nada de lo expuesto representa una verdad absoluta, ni un listado exhaustivo. Así que ya saben, si conocen una película incómoda y no la vieron acá, es su oportunidad de recomendarme.
ACLARACIÓN: Todo el material a continuación está delicadamente cuidado para no tener spoilers, así que manden con tranquilidad.
Morbo:
El hombre de al lado
de Cohn y Duprat
El hombre de al Lado plantea uno de los conflictos humanos más simples y poderosos de la historia: la pelea de medianeras. Si no te pasó a vos o a tu familia, estoy segura que conocés por lo menos una persona que haya tenido ese tipo de conflicto. Si bien no siempre es una medianera (no todo el mundo tiene la suerte de tener su propia casa y discutir cuántos metros cuadrados le robó la pared del vecino), son los enfrentamientos que tenemos con nuestros vecinos.
En el film, Leonardo, un afamado diseñador (le alcanza para vivir nada menos que en la Casa Curutchet, diseñada por Le Corbusier, en La Plata) tiene la desgracia de fumarse a Víctor, su nuevo vecino cordobés, que es en exceso confianzudo. Para peor, las diferencias entre ambos son notables: Leonardo es estructurado, controlador, snob y profundamente CHETO. Víctor es lanzado, espontáneo, desmedido y un poco demasiado “kitsch” (por no decir grasa, pensaría Leonardo). La tensión entre ellos escala después de repetidos acercamientos de Víctor a Leonardo, el primero nunca captando las evasivas del segundo, y el segundo no teniendo el valor de encarar para ponerle un límite al primero.
La cuestión escala a nervios estratosféricos cuando Víctor decide hacer un agujero para construir una ventana en la medianera que ambos comparten. Esto desatará en Leonardo un montón de actitudes vergonzosas y desagradables, pero que en el fondo son capaces de proyectar algunas de nuestras miserias tan honestamente que es difícil mirarlas a la cara. Pese a no simpatizar demasiado con la obra de estos directores, debo decir que esta película es una de mis favoritas del cine nacional. En su simpleza sabe dejarte sin aliento mientras el conflicto crece en un mar de molestias pero que, igual que Leonardo, no podemos dejar de mirar.
Claustrofobia:
Mother!
de Darren Aronofsky
Aronofsky es uno de mis directores favoritos, no por ser capaz de lograr incomodarme, me gusta como maneja la simbología. Creo que es uno de los mejores a la hora de generar imágenes oníricas mediante las cuales el simbolismo juega un papel central (Pi, Cisne Negro, Requiem por un Sueño) y es exclusivamente nuestro trabajo diferenciar imaginación de realidad. En ese sentido, Mother! no le escapa a su clásico estilo surrealista, pero en este caso se arriesga a contar una historia claustrofóbica, desconcertante y que, sobre todo en su momento, ha generado un gran revuelo en las salas de cine: mucha gente se iba indignada o no soportaba verla hasta el final. Tranqui igual, no tiene nada impresionante o terrible de tolerar. Es simplemente esa incomodidad que se palpa, gracias al guión, dirección de fotografía y cinematografía en general, las cuales hacen un poco habitual foco en la protagonista (Jennifer Lawrence) y como todo está visto desde su óptica, también percibiremos el mundo con los ojos de alguien que entiende la realidad a su manera: tergiversada… o quizá NO.
En Mother! descubrimos la vida de una pareja que recibe a unos invitados inesperados y, a medida que va avanzando la película, se convierten en indeseables. Sin embargo, en ningún momento sabemos por qué y nos vemos obligados a aceptar lo que nos propone el film. Hay una sensación constante de desconcierto y misterio que se vuelve casi una sombra de persecución para la audiencia. Ese deseo de descubrir qué ha pasado sólo se aplaca para convertirse en incomodidad, gracias al acelerado ritmo de la segunda parte.
Es intencional hacernos sentir a través de su protagonista la sensación de terror e invasión total que atraviesa ella en conexión con su casa. Esto tiene varias interpretaciones pero, spoilers, así que veanla. Hablando de incomodidades, Aronofsky traduce con mucha habilidad lo opresivo de los espacios familiares y a la vez, la falta de tacto de quienes no respetan la hospitalidad que habitan.
Control:
Canine
de Yorgos Lanthimos
Seguramente hayan escuchado hablar de este griego a raíz de Poor Things y sus múltiples nominaciones de los Oscars 2023. Sin embargo, Yorgos viene haciendo de las suyas hace rato (Langosta, La Favorita, El Sacrificio del Ciervo Sagrado) y, a diferencia de otros autores, posiblemente se ha sabido despegar cada vez más de su estilo incómodo para volverse un poco más Hollywoodense con el tiempo.
Canine es bastante corta, pero le sobra para ser contundente y constantemente incómoda. En ella, un matrimonio y sus tres hijos jóvenes adultos (un hijo y dos hijas), viven en una casa completamente aislada de la sociedad y separada por un muro. El padre, un total obsesivo por la seguridad de su familia y el control de la misma, ha creado un sistema para que su progenie jamás entre en contacto con la realidad, a tal punto que les enseña otras palabras para cosas relacionadas con lo que sucede afuera. Los padres prometen a sus hijos que estarán listos para salir e independizarse cuando se les caigan los colmillos (dientes que el ser humano nunca pierde).
En esta circunstancia de total control y endogamia, una situación circunstancial provoca que la mayor de las hijas entre en contacto con objetos del exterior y esto, sumado su juventud e instintos, empieza a generar una absoluta revolución que desemboca en consecuencias inesperadas. Es tan difícil predecir qué pasaría en una familia construida de esta forma, que la incomodidad aparece en lo perturbador del descenlace, nos esperamos cualquier cosa ¿Pero cuál de ellas será? ¿Cómo se comportarán personas condicionadas al encierro que han sido criadas prácticamente como perros?
Terror:
Midsommar
de Ari Aster
Este es mi estilo de terror favorito. Me cuesta mucho tolerar los “jumpscares” y tengo un corazón muy vulnerable a las imágenes que me hacen creer en lo que existe más allá. Por eso creo que funcionan muy bien este tipo de películas de terror: a plena luz del día y donde la verdadera amenaza es aquello de lo que son capaces otros seres humanos. A diferencia de otras producciones de este director, como Hereditary o Beau is Afraid, Midsommar casi no tiene elementos paranormales o surrealistas; aunque juega con esas imágenes, todo lo sucedido tranquilamente podría pasar en la vida real y eso es lo verdaderamente aterrador.
Dani (Florence Pugh) es una joven que sufre depresión y paranoia a raíz de una reciente desgracia familiar. Su novio Christian, a pesar de querer separarse de ella, la invita a un extraño viaje que hará con sus compañeros de antropología para terminar sus respectivas tesis de grado: una visita en Suecia a una comuna ancestral Härga (paganos) que festeja la llegada del “Midsommer” cada 90 años. Esta comunidad tiene costumbres muy antiguas y se asemeja a un mix de amish con satanistas simpáticos. Mas temprano que tarde empiezan a acercar al grupo de Dani y Christian a participar de sus tradiciones, las cuales arrancan siendo divertidas y poco a poco se van volviendo cada vez más extrañas, perturbadoras y difíciles de digerir.
La incomodidad en esta película es el mismísimo terror, es la sensación constante de que algo malo está por suceder. Nunca llegamos a tener las evidencias completas y por eso, igual que Dani, elegimos internarnos cada vez con más curiosidad en esta comuna que “simplemente percibe la vida y la muerte con otra perspectiva”. La tensión entonces no se fabrica simplemente por esa promesa de peligro inminente tan central de un grupo de desconocidos frente a una cultura extraña, sino que se produce en el propio cuestionamiento de la moral.
Maldad:
Anticristo
de Lars Von Trier
No me voy a cansar de decirlo: Lars Von Trier (Ninfomaniac, Dogville, Dancer in the Dark), sería candidato perfecto para el más siniestro de los manicomios. Sobre todo porque es medio nazi. Tal vez la única razón por la que no está ahí, es haber sabido catalizar su demencia en grandes guiones de películas.
Anticristo nos cuenta la historia de una pareja (Willem Dafoe y Charlotte Gainsborough) que ha tenido que vivir uno de los peores terrores que podría vivir un padre o una madre: perder a un bebé de unos pocos meses y que flote sobre ellos la responsabilidad de su muerte, porque estaban teniendo relaciones sexuales cuando sucedió. La mujer, deprimida y atrapada por la culpa, decide aislarse por un tiempo en una cabaña en el bosque mientras su marido la atiende mediante psicoterapia de exposición a los miedos.
En un halo de misterio constante, la relación se va volviendo cada vez más oscura a través de las exigencias de Ella, y Él se siente cada vez más atrapado por la opresión del siniestro lugar. El terror en este caso es psicológico, y la incomodidad nos expone a temores muy humanos que sólo se reproducen gracias a lo verosímil del accidente acontecido. Sin embargo, esta historia da un terrible vuelco argumental (personalmente no me gustó mucho) que nos arroja a escenas impresionantes, agresivas y perturbadoras bajo un común denominador: la maldad existe y es más real que las amenazas ficticias.
Miseria:
Gummo
de Harmony Korine
Gummo es una extraña película tipo documental de esas que son difíciles de conseguir. Seguramente la encuentres en el videoclub de internet, aunque en muy baja calidad. Casi diría que es una fortuna que un film así conserve su calidad de cinta vieja de mediados de los 90s y contribuye a la horrible sensación que genera el trago más amargo de todos: la oscura realidad.
En la obra seguimos la cotidianeidad poco lineal de dos chicos de clase baja en Xenia, Ohio. Más allá de mostrarnos lo más crudo de una vida en la pobreza, se detiene en los detalles más incómodos para exponernos a las crueldades y no lo hace desde el morbo cinematográfico, más bien intenta explorarnos por dentro cuando nos enfrentamos a verdades horribles y situaciones que sabemos que existen, pero preferimos mirar a otro lado.
No hay nada más incómodo que presenciar el desamparo, la violencia intrafamiliar, las drogas marginales tempranas, el trabajo infantil, la prostitución o el abuso. Como si todo esto no fuera suficiente, aborda también los abusos que toleran los discapacitados y la violencia a los animales. Gummo es verdaderamente un documental en extremo difícil de tolerar, pero su tratamiento de la realidad sucede con una especie de respeto, aquél que pasa cuando las cosas se cuentan como son y sin hacer de ellas una fantasía, la humillación constante de sus personajes es sólo un retrato de las cosas más tristes de nuestro mundo.
Corporalidad
Enter the Void
de Gaspar Noé
Dije que Lars Von Trier podría estar tranquilamente en un manicomio de cineastas… creo que Gaspar Noé sería sin lugar a dudas el líder de la banda. Lo que pasa con Noé es que prácticamente todas sus obras entrarían en esta lista, originalmente pensé en Irreversible, la película más cruda sobre una violación que ha existido jamás, pero aunque esa escena es terrible, se enfoca mucho más en desarrollar un trauma.
Finalmente me decanté por Enter the Void porque creo que aporta un nivel de incomodidad que no pude traer con el resto de las presentes en esta lista; nuestro propio cuerpo y sus sensaciones. La película desde el inicio es un constante desafío a la tolerancia de nuestro sistema sensorial. En su momento me habían recomendado verla fumada y no pude soportarlo. Sucede que nuestro querido Gaspar nos invita a acompañar el proceso que atraviesa un espíritu desde que muere de la forma más horrible hasta que renace, en un viaje surrealista sumamente doloroso.
La historia nos narra la muerte de Oscar, un joven drogadicto que es baleado por la policía. De alguna forma pasaremos a estar en su punto de vista la mayor parte del tiempo, pero imaginen lo que implicaría vivir una lenta muerte bajo los efectos alucinatorios de las drogas… horrible. Ahora, más allá de la experiencia sensorial llena de tensión, mareo, ahogo, incomodidad, y sufrimiento que nos hace vivir; es realmente meritorio lograr generar una vivencia de esa naturaleza haciendo un buen manejo de trucos de filmación como apagones, planos secuencia, tomas en primera persona y similares. Cuesta tragarla.
Violencia
Funny Games
de Michael Haneke
Pueden ver dos versiones, la de 1997 y la de 2007, ambas dirigidas por Haneke, aunque son bastante parecidas.
Estos juegos no tienen nada de divertidos, al menos no para la familia protagonista, que es invadida por un grupo de chicos con muy buenos modales, sí, pero que no aceptarán la invitación a irse y se dedican a torturarles un día entero bajo la amenaza de matarlos en 24 hs. La propuesta de Haneke es clara: existe la violencia porque sí, pero lo verdaderamente aterrador es como somos partícipes y consumidores, aunque sólo estemos hablando de ficción.
Todo lo terrible que sucede durante el film, las consignas sádicas a las que exponen a estas personas (mascota y niño incluidos, porque el director no respeta ninguna convención) son sutilmente acompañadas de ruptura de la cuarta pared con tomas, momentos fuera de plano, miradas cómplices de los villanos. La incomodidad entonces es generada por una extraña sensación: cada vez nos convencemos más que la violencia no existiría si nuestro morbo no la dejara existir, y eso provoca la peor de las vergüenzas. Me gustaría contarles más pero realmente sería arruinar toda la película, es muy difícil explicarlo sin caer en el spoiler, mi única advertencia: es de las más difíciles de esta lista.
Tabú
Géminis
de Albertina Carri
Otra argentina para cerrar el artículo, una hora y piquito dura y es lo suficientemente incómoda para lograr sensaciones terribles en ese breve período de tiempo. Polemiquísima y escandalosa desde su lanzamiento, plantea el conflicto desde el minuto cero: el incesto (hoy aún lo sería, chistes de los hermanos Milei al margen).
Lo interesante de este film no es solamente el planteo del amor romántico entre hermanos, sino lo tenso que es el ambiente de clase alta en su incesante intento de tapar los defectos y llenar los espacios con frivolidades, para no atender a los detalles escabrosos que cada familia acomodada esconde, así como el salvajismo animal del que son capaces los seres humanos cuando entran en contacto con lo prohibido. Quizá, justamente, es ahí donde lo más valioso es el vínculo amoroso; que queda en segundo plano cuando las reglas se rompen.
Creo que hasta este momento les propongo un buen pack de inicio, ordenado desde lo más tranquilo a lo más turbio… pero también hay que saber que esto fue una decisión personal y subjetiva. Seguramente ustedes las acomodarían de otra manera y tendrían alguna otra para recomendar, así que no dejen de sugerirme.
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