

Mickey 17 ¿Supera a Parasite?
Bong Jon-ho es uno de los directores más interesantes de los últimos años. Parte de una escuela de cine surcoreano de la que forma parte Park Chan-wook (mi favorito personal), Lee Chang-dong y Na Hong-jin, suele contar historias sobre la clase trabajadora y la lucha de clases inherente en los sistemas opresivos del capitalismo.
Reconocido por sus sátiras, el asiático dio un salto al occidente con Snowpiercer, una gran película protagonizada por Chris Evans. En ella, el mundo es un páramo helado y la civilización vive en un tren, dividida por clases; la única forma de que dejen de oprimirles es llegar a la sala del maquinista.
Su segunda obra “occidental” vino de la mano de Netflix: Okja, ambientalista y de tono divertido. Sin embargo fue años después, cuando vuelve a sus raíces coreanas con Parasite, que logra ganarse varios oscars en una noche y un cheque en blanco para hacer el film que quisiera, uno que diera un giro de 180 grados.
Ahora, pandemia mediante, finalmente sale Mickey 17: obra única de escritura sagaz y su estilo único, que demuestra la razón del Oscar tantos años atrás. Pero ¿De qué se trata?

Mickey 17 es un imbécil, pero un imbécil querible
Mickey 7
Antes de Mickey 17 vamos a hablar un poco de Mickey 7, la obra en la que está (muy libremente) basada esta película. Publicada en en 2022 por Ashton Edward, esta novela nos pone en la piel de la séptima vida de Mickey Barnes, un “prescindible” de una misión de colonización espacial. Su trabajo es hacer tareas peligrosas, morir y que luego carguen todos sus recuerdos en un clon idéntico, una especie de Altered Carbon pero más choto (no la escritura, sino la vida que llevás).
Escapa de su planeta luego de fundirse un negocio por confiar en su mejor amigo, y como historiador sin salida laboral, la única manera de huir de su odiado hogar es firmando este horrendo modo de vida, que le permite estar en el espacio.

Mark Ruffalo efectivamente sabe como interpretar un villano trumpista
La misión está a cargo de Hieronimous Marshal, un científico que pertenece a una religión llamada Natalista: ven a la gente que “revive” como una aberración de la naturaleza, por lo tanto le da un trato frío y casi inhumano.
El problema se dispara cuando en una de sus misiones, su mejor amigo lo da por muerto. Mickey es salvado por una criatura sentiente y cuando vuelve, descubre que ya le realizaron una copia: Mickey 8, con la que debe convivir intentando que no lo descubran.
El libro en sí resume la historia de una persona perdida en su propia vida, que más que vivirla solamente pasa sus días. Es también sobre las relaciones humanas y sus problemas éticos, pero sobre todo, es sobre el primer contacto y la hipocresía de los humanos.

No hace falta leer ni Mickey 7 ni Antimatter Blues antes de entrarle, pero es 100% recomendable
Mickey 17
El corazón de la historia de esta película es prácticamente igual que el libro en el que está basado, pero igual que con Snowpiercer en su momento, Bong Joon-ho sabe que el medio literario no es el cinematográfico y que, dentro de la historia contada por Edwards, hay otra mucho más moderna y actualizada.
Hieronimus es reemplazado por Kenneth Marshall, un político populista de extrema derecha que recuerda mucho a una caricatura de Donald Trump. Los Mickeys (que en el libro son casi iguales) son versiones contrapuestas en la película: uno débil que acepta todos los golpes, otro casi un psicópata.
Mientras que el original es un libro tradicional de ciencia ficción, preocupado por contar una historia “humana”, su hermana cinematográfica es una sátira política, que usa su universo para criticar al nuestro.
Es una película sobre la condición trabajadora, la alienación y el desinterés que tienen las clases dominantes de mejorar la vida de aquellos por debajo. Agarra algunas ideas de rebelión social de Snowpiercer, la crítica social de Parasite y el “naturismo” de Okja, para volverse una síntesis del director.
De actuaciones y otras yerbas
Mientras la historia y la dirección son una parte fundamental, lo que termina de convencerte son las performances, en todos los casos espectaculares. Robert Pattinson es uno de los “talentos generacionales”, luego de su trabajo en Crepúsculo, empezó a tomar roles cada vez más extraños y atrevidos que muestran realmente su rango actoral, como puede ser The Lighthouse o Good Time. En esta película compramos las dos versiones de Mickey, con sólo ver como se para uno de ellos podemos diferenciarlos. Ojalá gane nominaciones dobles a mejor actor y mejor actor de reparto, porque las merece.
Mark Ruffalo, ya va varias películas interpretando a un villano que deshumaniza a las personas, en una caricatura de los multimillonarios de extrema derecha. Se nota que ya le agarró completamente la mano a mostrar una especie de criatura inhumana.
Quizás el punto más divertido es el personaje de Steven Yeun, quien mientras en el libro su personaje es solamente un amigo de mierda, en la película es un hijo de mil putas con mucha suerte, provocando que solo quieras meterle una piña en la jeta, pero qué es muy divertido de ver.
Finalmente me sorprendió mucho Naomi Ackie, a quien no la tenía vist,a pero hizo uno de los roles más fuertes de la película de una manera magistral.

Doble oscar para este muchacho que se lo merece
Conclusión
Por más que sugiera ver esta película en cine (vayan a la pantalla más grande posible) seguramente solo venda 5 entradas y media. Como suele pasar con los films post oscar a mejor director (The Eternals, Babylon o Pinocho), el amor que tiene el autor por su obra la vuelve “poco accesible” al gran público, que en general no está interesado ni atraído por ideas originales, sino adaptaciones basadas en franquicias más reconocidas (no es ni bueno ni malo, simplemente es), un punto a recordar como reflexión para el cine.
El bajo interés de los estudios grandes en publicitar sus productos, también dificulta que estas obras logren atravesar esa capa de desinterés y así, poco a poco, las películas medianas a grandes se van perdiendo para solo quedar o el inmortal cine independiente o los tanques hollywoodenses. Por eso es importante aprovechar ahora que hay tiempo y que estas joyas existen.