El 15 de febrero salió el trailer de X-men 97′, la nueva serie animada de Marvel, que continúa aquella que disfrutamos en los 90′ y que junto a la de Iron Man y Spider-man, nos sirvió a muchísimes de nosotres como plataforma de entrada al mundo de los cómics y los súper héroes.
Esta nota podría versar sobre cuántos decibeles alcanzó mi grito al escuchar a Cyclops decir “To me, my X-men” (BOOOOCA). Podría también ser una disertación ñoña sobre si es posible o no que el esqueleto de adamantium de Wolverine mantenga su integridad después de ser cargado con la energía cinética de Gambit.
Pero no.
Esta nota habla de otra cosa.
Porque el mal nunca descansa.
Porque el modus operandi del incel hoy en día es diseccionar parte por parte, frame por frame, todo trailer, teaser o avance de producto artístico habido y por haber, para encontrar cualquier insinuación progre (sobre todo si pertenece a Netflix o Disney+). A veces puede ser necesaria más de una pasada. Retroceder, pausar, hacer zoom. Y si esta búsqueda resulta estéril, se consulta el material fuente, declaraciones de showrunners, entrevistas a actores y actrices… Todo lo que sea necesario hasta que encuentren ese detalle que va a convertir a la serie en “ULTRA WOKE” y que, obviamente, va a hacer que no les guste:
Convertir a Morph en no Binarie.
En palabras de cierto youtuber (NdE: conocido por sus altísimos niveles de ranciedad, no, no le vamos a dar publicidad gratis):
“Los X-men siempre se trataron acerca de grupos marginales. Como siempre, La izquierda y el progresismo se están apropiando y adueñando de algo que no les pertenece. La temática de X-men no tiene por qué relacionarse con cualquier lucha por la justicia social. Si es cierto que el Profesor Xavier y Magneto se basaron en Martin Luther King y Malcom X respectivamente, pero porque era otra época también, la época de la lucha por los derechos civiles en los años 60′. Aun así los hicieron a todos blancos, menos a Tormenta”
Gracias a que Stan Lee lo hizo explícito en más de una ocasión, gozamos del privilegio de que este tipo de mequetrefes pueda procesar que X-men habla sobre racismo. Hasta incluso llegan a darse cuenta que la representación afroamericana no es todo lo frondosa que podría ser.
Pero hasta ahí llegamos.
¿Cómo se nos puede ocurrir que tengan la capacidad de poder extrapolar esto a cualquier otro tipo de discriminación? Ni bien un personaje es revelado como no binarie, aun con el atenuante de que se trata de un metamorfo, llueven los videos, posteos y comentarios quejándose.
La primera aparición de los X-men en los comics de Marvel fue en el año 1963, un año después de que Illinois se convirtiera en el primer estado de EEUU en despenalizar la homosexualidad.
La revuelta de Stonewall, a finales de la década del 60, fue quizás la más importante manifestación de lucha de la comunidad LGBTIQ+ contra un sistema que les oprimía, y es sin duda la piedra fundacional del movimiento en favor de sus derechos.
Evidentemente no se trata de “otra época”. Nadie se está apropiando de nada que no le pertenezca. Los X-Men y la comunidad LGBTIQ+ tuvieron siempre los mismos enemigos y la misma causa. Desde el día uno.
Lo que hace a los X-men culturalmente significativos es, justamente, que representan a todas las personas excluídas. Ellos viven en un mundo que les teme, los odia y los rechaza simplemente por ser y existir. La intolerancia y los prejuicios son los verdaderos protagonistas en cada una de sus presentaciones, sea en cómics, videojuegos, series o películas. Los guiños, referencias y paralelismos con la comunidad LGBTIQ+ están desde siempre ahí, incluso para aquellos que no los quieren ver.
Los Mutantes, al igual que los miembros del movimiento LGBTIQ+, forman parte de una comunidad global, compuesta por muchos individuos diversos. El Gen X no está ligado de ninguna manera a raza, género, religión o parentesco. Puede encontrarse en cualquier ser humano, sin necesidad de que se haya manifestado en alguno de sus progenitores. De igual manera, padres heterosexuales cisgénero pueden tener hijos que no sean ni lo uno ni lo otro.
Los poderes mutantes se usan muchísimas veces como dispositivos narrativos para explorar los temas del autodescubrimiento y la auto aceptación. Estas habilidades, en la mayoría de los casos, se revelan en la pubertad, particularmente durante períodos de estrés emocional y nunca son adquiridos de manera completa o acabada. Su desarrollo está íntimamente ligado a un aprendizaje del individuo sobre sí mismo y sus capacidades. Todo esto de la misma manera que une niñe, púber o adolescente comienza a explorar y aprender sobre su sexualidad e identidad de género, que irá construyendo a lo largo de su vida.
Los Morlocks aparecen por primera vez en las páginas de X-men en el año 1983. Un grupo de mutantes que, por su apariencia física, no pueden pasar desapercibidos y se ven forzados a vivir aislados en las cloacas, repudiados por humanos y mutantes por igual. Son introducidos en la trama dos años después de que los primeros casos de SIDA fueran confirmados en Nueva York y California y de que señalara a los homosexuales como la principal causa de contagio. Les miembros de la comunidad LGBTQ+ que no pudieron o no quisieron quedarse en el closet fueron discriminados, echados de sus hogares, atacados e incluso asesinados. El virus del Legado, introducido en los cómics en los 90′ puede trazar otro paralelo directo con el HIV en la vida real.
Si vamos al mundo cinematográfico también vamos a encontrar varias perlitas para seguir asociando a los X-men con la comunidad LGBTIQ+.
Podemos escuchar al senador Kelly, defendiendo el registro de mutantes, esgrimir los mismos argumentos que se usan hoy para rechazar la ESI en las escuelas o para repudiar que una Drag Queen les lea cuentos a niñes en una biblioteca. Podemos ver en la dinámica de la familia de Bobby (Iceman) al enterarse que es mutante, la misma situación que vive cualquier persona al salir del closet.
Pero también está Mystique, ese personaje que, gracias a su poder de cambiaformas, podría esconder su condición de mutante. Sin embargo, a pesar de que conoce de primera mano los peligros de los William Striker y los youtubers rancios que habitan el mundo, exhibe su piel azul y dice:
Mutante y Orgullosa.
*El edit de la imagen de portada es cortesía de Sebastián Bronico.
Nuestro (segundo) villano de la semana es Elvis. Podés seguirlo en Instagram como @elvis.no.responde, dejarle un Cafecito o comprarle un juego de mesa en @graceland_juegos
Juego, como y duermo. Bajista, lector de comics, cuidador de plantas. Mi mejor amigo es un gato.