Lazarus: el fiasco de Watanabe

Lazarus: el fiasco de Watanabe
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Lazarus: el fiasco de Watanabe

 

Lo que debería haber sido uno de los lanzamientos, sino EL lanzamiento, del año en materia de series animadas terminó desinflándose y hoy, a días de haberse estrenado su último episodio, Lazarus pasó sin pena ni gloria ¿Watanabe perdió la magia o fue una serie de anime producida para yankees que se licuó por completo? Intentamos explicarlo y entenderlo a continuación.

 

Okay, three, two, one, let’s jam

Cuando anunciaron Lazarus, la comunidad otaku en pleno prendió las alarmas. El gran Shin’ichirō Watanabe volvía al ruedo con una nueva serie animada y, por lo que se vislumbraba, pintaba ser la nueva Cowboy Bebop.

A priori la propuesta sonaba más que interesante: Watanabe en la dirección, Mappa como estudio de animación, Kamasi Washington aportando su música a la serie e inclusive se sumó la participación de Chad Stahelski (Director y cerebro de la saga John Wick) a cargo de la supervisión de las secuencias de acción. Todo financiado con la billetera de Adult Swim.  Un verdadero dream team que generó una expectativa altísima.

Hagamos una breve pausa acá para aclarar algo: Shin’ichirō Watanabe es una de las figuras vivas más importantes de la animación japonesa. Tiene una carrera plagada de producciones que marcaron un antes y un después desde fines de los 90 para acá: Macross Plus, asistente de dirección en Escaflowne, el mejor corto de Animatrix y ni hablar de sus dos grandes creaciones: Cowboy Bebop y Samurai Champloo. Una verdadera bestia. El CV de un tipo que sabe lo que hace.

Macross Plus

La magia de Shōji Kawamori y Shin’ichirō Watanabe en Macross Plus

Shiny Happy People

Pero volvamos a Lazarus que es una aventura con tintes detectivescos. Estamos en el año 2049, la vida en la tierra es un poco más fácil dado que gracias a la mente brillante de un científico, el Dr. Skinner, la humanidad tiene a su alcance un analgésico milagroso que logra aliviar cualquier tipo de dolor. Así es como la droga llamada Hapna entra a nuestras vidas y absolutamente todas las personas que habitan la tierra la consumen y disfrutan de una vida sin ninguna dolencia. Como ibuprofeno 600 pero sin las úlceras.

Corte a 3 años después, Skinner vuelve a aparecer con un mensaje misterioso anunciando que Hapna tiene una vida útil de…justamente 3 años. Por lo que toda persona que haya tomado esta droga tiene sus días contados ¿Cuánto tiempo queda? 30 días. Si en ese plazo de tiempo no se logra dar con Skinner y/o con una vacuna, gran parte de la humanidad dejará de existir.

Uno de los efectos secundarios de Hapna es que en tus ojos aparecen unas hermosas constelaciones

Las primeras reviews que aparecieron del screening de los primeros 5 episodios de la serie no fueron auspiciosas. Lazarus se pinchaba demasiado pronto y que no lograba mantener el ritmo pasado el tercer episodio. Viiniendo de sitios norteamericanos (IGN y demás) fui bastante escéptico porque: 1. Yankees hablando de Anime y 2. Yankees hablando de anime.

Nada me prepararía para lo vería a lo largo de los 13 episodios.

Anime norteamericano

Todavía recuerdo como si fuese ayer cuando me senté, prendí el televisor, abrí la app de HBO (Al ser Adult Swim la transmisión va por este servicio de streaming), le dí play al primer episodio y escuché a los primeros personajes que aparecían en pantalla hablar en un inglés con el tono más insípido que se pueda imaginar ¿Dónde está mi audio ORIGINAL? ¿Dónde están mis voces en japonés? No my friend, this is an american production so we are going to first upload each episode in english and then, a couple of weeks later, maybe you can watch it in japanese. Tristeza nao tem fin. ¿Concesión para llegarle a un público más directo? ¿Decisión de Marketing? Quien sabe. No solo eso. Una vez que subieron las versiones con las voces originales, como HBO es de los primeros streamings jamás desarrollados, los subtítulos se caen todo el tiempo.

Lo que usted dice usuario de Reddit

Llámenme purista, pero realmente no puedo escuchar voces que no sean en japonés en un anime, simplemente no puedo.  Así y todo hice el esfuerzo y logré mirar los 2 primeros episodios de la serie y hasta ahí llegue: es demasiado fuerte el golpe. No se trata de que los tonos de las voces uno sienta que no van “a tono” con los personajes sino directamente la sensación de actores de voz sin alma ni voluntad. Como cuando Krusty graba  las voces de su enésima figura coleccionable: “Zip Zap, terminé“. Por lo tanto, decidí esperar a que la plataforma subiera las versiones con audio original para mirar Lazarus como corresponde.

Lo peor es que si uno se pone a revisar quienes son los actores de voz (los famosos Seiyūs) hay nombres de peso pesado: Mamoru Miyano (Dasai en Bungou Stray Dogs), Makoto Furukawa (Saitama en One Punch Man), Yuuma Uchida (Sakura en Wind Breaker) o Akio Ootsuka (actor un recorrido enorme, hace de Tendou en la nueva adaptación de Ranma 1/2 de Netflix)

Pero bueno, supongamos que podemos atravesar este escollo y dejar nuestro lado sommelier del audio de lado. La serie, su historia, es buena ¿o no?

En este punto tengo que avisar que lo que sigue contiene algunos spoilers, por lo que sí no son amigues de los mismos, les recomendaría frenar la lectura acá. Mirar la serie y volver, si les interesa obvio.

Mejor te llamare Spike Jr.

Ok, tenemos 30 días para dar con Skinner (cuyo actor de voz es Kouichi Yamadera, aka Spike Spiegel). Ahí es cuando se activa el “protocolo” Lazarus y conocemos a todo el grupo que se arma para dar con el paradero de este “científico malvado”.  El quinteto está compuesto por personajes que, obviamente, nos van a resonar a figuras que son familiares. Así es como por ejemplo tenemos a Axel Gilberto, el “protagonista”, quien es un hábil escapista de prisiones y…obviamente, es Spike Spiegel low calories. Después tenemos a Douglas Hadine que vendría a ser una suerte de Jet, Christine Blake una proto Faye Valentine, Eleina es la hacker de Lazarus y obvio es imposible no decir “ah, como Ed!” y después nos queda el quinto integrante, Leland Astor a quien no le encontré un nexo directo con algún personaje anterior de Watanabe (perdón Leland, no es nada personal) y que su inclusión tiene sentido en un episodio muy específico.

Detrás del armado de este equipo se encuentra el gobierno de Estados Unidos, con la figura de Hersch Lindemann (voz de Megumi Hayashibara, aka Faye Valentine); una mujer bastante misteriosa de quien iremos averiguando su pasado capítulo tras capítulo pero que, honestamente, no aporta nada impactante a la trama. Queda para el spoiler la relación entre Skinner y Lindemann que quizá sea uno de los momentos más “mira lo que hice” de Watanabe a los otakus de 40 años.

De izquierda a derecha: Eleina, Christine, Axel, Douglas y Leland.

Acá es donde empezamos a notar los primeros dolores de cabeza: ninguno de los 5 integrantes del equipo transmiten algo. Nada, no hay absolutamente nada. En los primeros episodios cada uno tiene un momento, en clave narrador, en donde nos cuentan porqué tomaron Hapna o que tipo de relación tienen con la droga.

Y creo que se debe a uno de los principales, sino el principal, problema de Lazarus: está mal estructurado. Los primeros episodios el objetivo es dar con Skinner, y los integrantes de Lazarus son el medio para este fin. A partir del capítulo 7, empezamos a descubrir un poco el pasado de los personajes, lo cual es lo más interesante de la serie: Christine es en realidad una espía rusa que se llama Alexandra, que decidió fingir su muerte en un atentado para escapar y salvarse de una potencial ejecución por traición a la patria. Leland Astor que hasta el décimo episodio lo único que sabemos es que sabe usar drones se revela que es parte de una familia del 0.00001% con conexiones en todo el mundo farmacéutico. Por supuesto, el protagonista, Alex, también tiene su background. Pero la serie tiene 13 episodios y para cuando deciden contarnos todo ya estamos llegando al final. Si fuese una producción normal (supongamos entre 24 y 26 episodios) el tiempo de “let him cook” para Watanabe le hubiese permitido desarrollar los arcos de cada uno de los integrantes de Lazarus de una manera más  sólida e interesante, buscando que nos despierte cierta empatía (como pasa con Spike o Faye en CB o con Mugen y Jin en SC)

Como mencionamos, las secuencias de pelea fueron supervisadas por la mente maestra detrás de la franquicia de John Wick y si bien hay momentos de calidad artística superior (en especial al principio, cuando conocemos a Axel y después cerca del final de la serie) la mayoría del tiempo se sienten muy forzadas y como para justificar lo que costó pagarle a Stahelski.

¿Y la animación? Honestamente, en ningún momento se siente que Mappa haya estado metido en este proyecto, en general la animación es floja, tiene algunos momentos de “buena calidad” que se condicen con las escenas de pelea (de vuelta, para justificar la inversión en Chad Stahelski) pero en líneas generales es bastante mediocre, tirando a baja. Que va a tono con los diseños de los personajes: regulares, pero por sobre todas las cosas, predecibles. Una verdadera pena. Si consideramos que Mappa es el estudio detrás de la animación de Jujutsu Kaisen, la segunda temporada de Vinland Saga, Chainsaw Man… el resultado podría haber sido mucho mas colorido. Sin embargo, se nota la falta de colorido, dinámica, y detalle.

Quizás el momento más “visualmente lindo” y no hay muchos honestamente

Más allá de esto, creo que lo que sufre fuerte es la figura del antagonista principal: el Vicious de Lazarus.

RECIÉN en el episodio 9 se nos presenta al enigmático Soryu, un asesino de nacionalidad china apodado “Phantom Killer”, de esos personajes mega interesantes que decis “upa, ahora quiero un spin-off enfocado en él“. En este momento la serie decide apretar el acelerador y tirarnos un montón de información sobre el pasado de Axel, su ¿conexión? con Soryu, un orfanato en el que Soryu fue criado y en el que Axel habría estado también, una infancia plagada de entrenamientos pseudo ninjas, facciones gubernamentales que tienen distintos intereses detrás de Skinner…¿por qué recién ahora? Ya comimos la entrada, el plato principal y estamos esperando el postre para pedir la cuenta e irnos. Un mal timing atraviesa la serie de principio a fin lo que hace que, muchas cosas, se vuelvan efímeras.

Soryu, el Phantom Killer.

 

Esto no solo ocurre con personajes (el caso del mencionado Soryu que, a la postre, tiene trastorno de personalidad múltiple) si no con potenciales argumentos que podrían haber merecido un poco más de desarrollo: en el capítulo 6 damos con un culto que adora a una inteligencia artificial llamada Naga, quien “guia” a este grupo de adoradores según lo que ella considera lo mejor. En tiempos donde uso (y abuso) de ChatGPT, Grook, Gemini o Copilot son moneda corriente, lo planteado por Watanabe se siente como algo que podría haber dado para más pero quedó en una “denuncia” de un sólo episodio.

De nuevo nos volvemos a preguntar ¿Elección del director o priorización de una audiencia que necesita las cosas lo más masticadas posibles para poder tragarlas?

Lo bueno

Más allá de todo, Lazarus tiene cosas decentes, y se valoran. Creo que lo más digno de mencionar es como Watanabe usa esta serie para criticar el estado de la sociedad a nivel global post-COVID19, nuestra falta de conexión con el mundo “real” y un devenir de la humanidad que parece ser cada vez más sombrío.

Algo que me descolocó pero terminé aceptando fue la reacción de la humanidad a la noticia de que nuestra fecha de vencimiento es de 30 días: no hay caos ni descontrol. No hay disturbios ni revueltas. Salvo alguna que otra demostración, la vida del grueso de la sociedad sigue igual; como si aceptaran pasivamente que el final llega y no hay mucho que hacer, salvo seguir usando nuestros celulares y consumir redes sociales. Y, aún mas ridículo, ir a laburar.

A esto le se suma el desarrollo del trasfondo ético-moral-ideológico del personaje de Skinner que te hace ponerte un poco de su lado y decir “¿Sabes qué? Ya fue todo, purga la tierra”.

Por último, pero no menos importante, es el apartado musical. Kamasi Washington aporta su impronta en Vortex, el opening de la serie. Y después a lo largo de la misma tenemos la participación de los músicos/djs Bonobo y Floating Points. Lazarus tiene momentos musicales muy buenos y que se disfrutan, obviamente no se puede ni comparar por lo logrado en Cowboy Bebop con Yoko Kanno ni en Samurai Champloo con Nujabes. Está a la altura, y eso es algo más que destacable al lado de esos monstruos.

 

¿Entonces?

Pasado los 13 episodios de una ¿primer temporada? de Lazarus mi sensación es que Watanabe se quedó a mitad de camino. Ya sea por decisiones propias o imposiciones (que esto, nunca lo sabremos salvo que salga a la luz entonces, juguemos a suponer) uno esperaba más del creador de Cowboy Bebop, porque justamente puede dar más.

Habrá que ver si la billetera de Adult Swim y las famosas métricas que guían hoy el destino de cualquier producción audiovisual dan la posibilidad de que tengamos una segunda temporada de Lazarus y, quizás ahí, Watanabe pueda sacar todos sus trucos y darnos una obra que esté realmente a la altura de su nombre y legado.


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