

Jurado #10: Sobre 12 Hombres en Pugna
Clint Eastwood es un señor lo suficientemente grande (94 años) como para filmar lo que se le cante las pelotas sin ninguna clase de vergüenza. Es así que Juror #2, su última (excelente) película –y acá estoy pescando en un acuario- surge de un guión original de Jonathan Abrams cuya premisa es: “Che ¿y si el jurado número 8 de “Twelve Angry Men” pelea por la inocencia del acusado porque es secretamente el asesino?”.
Abrams dice otra cosa mucho mas fabulesca sobre el origen del guión y vamos a decidir creerle, pero el tufillo a “esto ya lo ví” rodea las casi 2 horas de metraje donde Eastwood se anima a un par de homenajes al legendario courtroom drama que nació primero como telefilme, luego como un peliculón dirigido por Sydney Lumet, y hace 30 años, como remake también para TV dirigida por el enorme William Friedkin con un plantel de notables como Jack Lemmon, George C. Scott, Tony Danza, James Gandolfini, Edward James Olmos, Ossie Davis, Hume Cronyn, Courtney B. Vance y la persona de la cual vinimos a hablar tras este largo prólogo: Mykelti Williamson, el jurado número 10.
Doce hombres en pugna
Ambientada durante una tarde en el claustro de jurados, los doce elegidos deben decidir el destino de un muchacho acusado de asesinar a su padre. El caso, y la sentencia, parecen claros como el agua. El muchacho es culpable y debe enfrentar la Pena Capital. No obstante, a la hora de votar, hay un jurado que no está del todo seguro de la culpabilidad del acusado. No se siente cómodo con sentenciar a una persona a muerte sin un debate mínimo. Su objeción moral es enfrentada con repudio por la mayoría del resto que consideran que la evidencia es irrebatible. No obstante, cada prueba en principio incontrastable es puesta en duda de manera magistral por el Jurado número 8 que de a poco va convenciendo a sus compañeros jurados.
La resistencia subjetiva la determinan dos.
El Jurado #3 tiene cuestiones personales para pelear hasta el final que el acusado es culpable. Hace años que no tiene relación con su hijo con el cual se peleó a golpes de puño y al que crió con guante de hierro. Toda su postura tiene que ver con su propia vida y la sostiene sin mediar reconciliación.
El Jurado #10, en cambio, es un racista matriculado.
Enojado
En las versiones originales, el número 10 fue interpretado por Gunther Edward Arnold (telefilm) y Ed Begley Sr (película) padre de Ed Begley Jr, el Matthew Modine de los pobres.
El acusado, un joven italoamericano. Las versiones originales de Twelve Angry Men actuaban sobre el miedo generalizado de la sociedad yankee con las mafias en crecimiento constante desde tiempos de la Ley Seca. Pero el argumento podía hacerse de igual manera con otras etnias en tanto en esa época (los 50s) EEUU estaba en su cúspide macartista con el FBI hooveriano investigando y enlistando a cualquiera que se corriera un milímetro de la historia americana blanca oficial.
Para la remake, el elegido para el rol del Jurado #10 es Mykelti Williamson, actor que ya habíamos visto en multitud de papeles interesantes, como Bubba, el amigo soldado de Forrest Gump. Mas adelante lo veríamos como uno de los intrigantes personajes del Kentucky de la serie Justified. Quizá lo mas importante a detallar, por si no se enteraron aún (o la imagen de arriba no les encendió la lamparita), es que Mykelti Williamson es negro.
Y está enojado.
Cast
Ahora bien, era común hasta los 60s al menos –sigue siéndolo en cualquier caso- que los casts sean puramente de actores blancos, y así lo eran los planteles de las versiones de los 50s. Para la remake del 97, en cambio, hay un gran mix. Los 12 jurados se dividen en principio en dos etnias. Ocho jurados son blancos. Cuatro son negros. De esos ocho jurados blancos, dos de ellos son italoamericanos (Gandolfini y Danza), uno es inmigrante de Europa oriental (Edward James Olmos), otro parece alemán (Armin Mueller Stahl) y el restante all-american WASPS.
Daría para un artículo del mismo largo sobre porque eligieron a Olmos, un americano hijo de mexicanos, para interpretar el rol de un europeo eslavo, pero creo sin mucho temor a equivocarme que Friedkin utilizó la remake como vehículo para “decir cosas”. Las versiones originales del autor Reginald Rose, también eran una suerte de redacciones panfletarias, pero Friedkin parece haber ido mas allá. Un ejemplo: El jurado número 3, interpretado por George C. Scott, convencido de la culpabilidad del acusado, no tiene reparos en insistir sobre la necesidad de la condena máxima. En la vida real, Scott fue un conocido defensor de la Pena Capital, apoyando a candidatos que la promovían. No sabemos si para la época de la remake (1997) el bueno de George tuvo un “change of heart”. Lo que podemos inferir es que la elección de Scott no fue para nada inocente. Y se puede determinar algo parecido con varios de los intérpretes.
El Jurado #8, Jack Lemmon, si bien nunca muy expresivo sobre su ideología, siempre fue abiertamente demócrata (o liberal en su expresión norteamericana). Para la época en la cual Scott militaba la Pena Capital, Lemmon estaba filmando “Missing” en México con Costa-Gavras. “Missing” o “Desaparecido” trata sobre la desaparición del periodista americano Charles Horman en Chile durante la dictadura pinochetista.
Hume Cronyn, el elegido para Jurado #9, primer aliado del protagonista, fue inmensamente famoso por interpretar al protagonista en Cocoon. En Twelve Angry Men, el Jurado #9 es el más anciano y aquel que conecta espiritualmente con uno de los testigos, por su edad y necesidad de atención.
Realmente Enojado
Para el Jurado #10, decíamos, se eligió a Mykelti Williamson, actor afroamericano con raíces nativas. En Twelve Angry Men, aparte, Williamson interpreta a un ex islamita. Para el actor, la perturbación ocurriría un año después de su participación en la remake cuando fue acusado de intento de homicidio por apuñalar al novio de su ex esposa. Tal vez en el jurado de su muy real caso había también un Jurado #8 dispuesto a debatir.
Volviendo a la película, el Jurado #10, interpretado por una persona negra, es intensamente racista con los latinos o “wet-backs” como les dice. Lo cual introduce un subtexto a una ya muy profunda trama poblada de ellos. El personaje tiene algún tipo de negocio pequeño y año tras año ha presenciado como su barrio va degenerándose. En la película actual de Eastwood el opositor al protagonista es un personaje extremadamente similar al de Williamson pero con otros matices y motivaciones.
El Jurado #10 quien podemos prever que ha vivido momentos de inseguridad con algún latino, por consiguiente, los odia y en un monólogo cerca del final expresa:
“No importa si es inocente, si matamos a uno de ellos, es uno menos con el que lidiar”.
Si bien es entendible que en la remake se haya casteado de manera más inclusiva (ninguna mujer en cualquier caso), resulta muy importante e inteligente que hayan elegido a un afroamericano para el rol del “jurado racista” porque no paternaliza ni aviva.
Dá muchos mensajes a la vez.
Desde todas las etnias se discrimina a otras en un escalón inferior del escalafón; la elección de un actor blanco iba a ocasionar un mensaje muy evidente y complaciente. ¿La discriminación la motiva una creencia religiosa o la propia estrechez de miras? ¿Qué nos está diciendo el personaje cuando está a favor de matar a alguien ya no por su culpabilidad sino por su origen?
Hay gobiernos construidos en base a Jurados #10 votados por Jurados #10.
La película de Clint Eastwood, un conservador de toda la vida, termina con una nota muy optimista sobre el sistema judicial. Una que no tenemos porque no existe como no es posible de ninguna manera el argumento de “Twelve Angry Men”. Será confiar que cada tanto, un Jurado #8 sea capaz de convencer a once con ganas de ir a ver el partido.
Más de MECHA
Todos los postsTodosTodos los postsTodos

