Sería imposible recopilar la obscena cantidad de material político que se haya en toda producción cultural, como películas, videojuegos, pinturas, música y otras más. Sin embargo, esta sección tiene como objetivo exponer de manera cortita y al pie un buen número de obras con ADN político en sus venas, que tal vez no son tan alevosas (o no lo usan como tema central). No es lo mismo decir que Succession, House of Cards, Sid Meier´s Civilization o Trópico hablan de temas políticos, lo cual está a la vista, que mencionar ejemplos como Fight Club, El Laberinto del Fauno, Bioshock y Mirror´s Edge… solo algunos de los muchísimos ejemplos que utilizan a la metáfora para bajar línea de alguna idea.
No quisiera empezar sin destacar que me resulta notoria la cantidad de personas que defienden determinadas posturas políticas y al mismo tiempo se sienten identificadas con obras que detentan ideas opuestas, incluso tomándolas como bandera. Por ejemplo: hombres que están a favor de la justicia por mano propia suelen usar remeras de Punisher, cuando el personaje es una construcción creada para mostrar cómo la violencia solo engendra más violencia y no soluciona nada. O también identificar a Javier Milei con Pochita, la mascota de ChainSaw Man, un manga que critica la crueldad del capitalismo más extremo y liberal, el personaje principal literalmente ha tenido que vender órganos para subsistir en la más absoluta pobreza.
Igual ojo, le puede pasar a cualquiera. Durante años consideré a Whiplash una grandiosa película, hasta que un día alguien me hizo dar cuenta que vanagloria a la meritocracia y la teoría de que sólo existe una forma de llegar lejos: sufriendo. Hay que reconocerlo, a veces las cosas están tan bien construidas artísticamente que pueden distraernos de su verdadero mensaje; de ahí la idea original de esta serie de notas.
Esta vez le toca a los videojuegos y quien avisa no traiciona: habrá algunos spoilers (muy livianos).
Bioshock:
A esta altura del partido, hablar de Bioshock es bastante obvio para una nota como esta, pero no podríamos hacer apertura de una sección como esta sin incluirlo ¿no?
Bioshock es el ejemplo perfecto de la narración metafórica. Como protagonistas, terminamos cayendo en una civilización sumergida (Rapture) creada por Andrew Ryan (acrónimo de Ayn Rand), quien en pocas palabras sostiene que el mundo ideal es liberal “¿Acaso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente? […] Una ciudad donde el artista no tenía que temer al censor; donde el científico no estaba limitado por la moral; donde los grandes no estaban constreñidos por los pequeños. ¡Y con el sudor de tu frente, Rapture también puede ser tu ciudad!”
Igual que en el libro La Rebelión de Atlas de Ayn Rand, se utilizan los mismos conceptos planteados allí pero con una vuelta de tuerca: qué hubiera pasado después de lograr esta supuesta “sociedad perfecta”. El juego en poco tiempo de recorrido nos muestra las consecuencias de un mundo capitalista donde reina el libre mercado descontrolado.
El problema de Rapture fue que tanto científicos como empresarios, en el afán de crear una droga que te haga producir frenéticamente sin descanso (KIEN LO DIRIA NOSIERTO?), terminó convirtiendo en zombies a casi toda la población.
Sin embargo, la trama se complica al final, planteando que Fontaine, líder socialista, fue quien saboteó el gobierno de Ryan provocando su debacle. Quizá lo que a mi parecer es más criticable de la historia: dada la oportunidad de poder jugársela por una idea determinada, se diluye un poco en la afirmación de que “todo poder corrompe” no pudiendo diferenciar socialismo de anarco-capitalismo, dos políticas muy diferentes y con diversos resultados.
Marvel’s Spider-man 2:
El juego aborda la reinserción de ex criminales en la sociedad, centrándose en la historia del nuevo enemigo de Spider-man, Kraven. Un ruso moribundo, líder de un culto de cazadores que libera a villanos para perseguirlos y matarlos como hobbie. La trama revela las motivaciones y luchas internas de varios villanos, mostrando la peligrosidad de interrumpir procesos de rehabilitación y desafía prejuicios al presentar giros inesperados, como ex malvados siendo inocentes y el mismo Spider-man tentado por el poder.
Más allá de abrir la narrativa para conocer en profundidad la historia de muchos enemigos, también el título aprovecha para engañarnos con giros en el guión que fácilmente dejan en evidencia nuestros prejuicios (por supuesto no diré cuáles, les recomiendo averiguarlo ustedes).
Además aprovecha para abordar otras ópticas que inevitablemente son parte del mismo problema, como la justicia por mano propia de la mano de Wraith (una ex policía decepcionada de la ley) o el conflicto interno de Miles Morales para soltar su resentimiento contra Mr. Negative y buscar construir en vez de vengarse. Todo esto es apenas la punta del iceberg respecto a lo que este excelente título tiene para ofrecer y al haber quedado opacado por tantos gigantes en 2023, puede olvidarse fácilmente su grandeza.
Mass Effect 2
Cuando pensaba en este título me daba cuenta cuán en boga está este planteo el día de hoy si empezamos a buscar paralelismos con el conflicto de la Franja de Gaza (y hablamos de actualidad, porque apela a muchos más si buscamos en la historia).
Uno de los ejes de Mass Effect 2 es que el Illusive Man, un tipo poderoso y adinerado, busca la forma de proteger y defender a la raza humana de cualquier amenaza extraterrestre; el problema es que este hombre ha construido una especie de grupo racista terrorista que considera cualquier excusa buena para neutralizar extraterrestres en nombre de esa defensa personal; me da la impresión que seguramente se ha inspirado bastante en cierto par de torres que generaron un gran revuelo y actitud super paranoica en los norteamericanos (este juego salió sólo 9 años después).
Si convertimos a la raza humana en cualquier grupo religioso, social, político o racial; tenemos la fórmula perfecta para conflictos bélicos donde sus participantes más poderosos sacan grandes beneficios de la sangre derramada por ambas partes, para finalmente hacerse con el objeto de sus elucubraciones.
En el caso del Illusive Man, el objetivo era utilizar a Shepard para apoderarse de dispositivos alienígenas. En vez de ser destruidos para evitar más catástrofes, prefería utilizarlos para dominar naciones y conquistar territorios.
Sonic
No hace falta desarrollar en exceso lo que está a simple vista, pero quizá nos dedicamos mucho más a conseguir anillos de oro y correr a toda velocidad. Me da pena que a veces haya grandes ideas detrás de obras que al no tener grandes diálogos, nos apresuraríamos a pensar que la historia puede ser aburrida o superficial.
En el caso de Sonic, el Dr. Robotnik es el capitalismo en su expresión más extrema y caricaturizada: un mega explotador del ambiente, esclavizador de animales, que además cuenta con una grandísima cantidad de tecnología a su disposición.
No he visto la película para agregar qué enfoque se toma en ese caso, sin embargo, la agenda ecológica es un tema profundamente político, especialmente cuando involucra los abultados bolsillos de empresarios de la industria y el gigante de SEGA lo ha sabido reflejar muy bien.
GTA
Para muchos este caso es obvio, pero para otros es más fácil quedar pedaleando en la superficie alrededor del ruido de las armas, el caos, las drogas y el motor de los autos. Grand Theft Auto (toda la saga en general) es el mejor ejemplo para satirizar problemáticas nacidas del capitalismo, mediante la simulación definitiva de la ciudad imperial, la desigualdad y la violencia como síntoma.
Dan Houser, cofundador de Rockstar Games, afirmó una vez que GTA “se trata de crear una reinterpretación de Estados Unidos, un prisma social y virtualmente distorsionado de la realidad“.
Pero además, el mapeo virtual de Nueva York, Miami y Los Ángeles también narra las relaciones de poder dominantes, ya que GTA subraya las territorializaciones de clase y raza mediante la inmigración latina y el ascenso del capital financiero.
Es la “máquina de crecimiento de Miami”, como la llamó Jan Nijman en 1997, que generó una poderosa polarización social, perfectamente representada en el narcotraficante Ricardo Díaz. Sólo uno de los tantos ejemplos dentro de un océano de personajes y temáticas como reflejo social: patinadores obsesionados con ellos mismos, veteranos de guerra con estrés postraumático, guerras sindicales y economía de servicios, entre tantas otras.
En fin…
Por supuesto que nos encontramos sólo con unos pocos de los muchos que podemos encontrar. Hablar de política puede ser algo muy sencillo en cualquier obra, pero la verdadera artesanía está en hacerla atravesar en conflicto principal con sutileza, de la misma forma que lo hace en nuestras vidas.
¿Qué otros juegos conocen que hagan guiños sutiles a la política?
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