
¿Eternauta original o adaptación?
Por qué esperar fidelidad absoluta está siempre mal-
Sebastian Bronico
5 grandes historias de Oesterheld
Aprovechando el furor que despertó la serie de El Eternauta, es una oportunidad más que ideal para revisitar la obra de Héctor Germán Oesterheld (HGO). Por ese motivo me pareció una buena idea armar un ranking con algunas de las que considero sus historias más logradas por fuera de Juan Salvo y compañía.
Está de más decir que esta selección es puramente subjetiva y parcial, aunque traté de lograr un equilibrio entre las opciones obvias y algunas joyitas poco conocidas, de modo que pueda ser interesante tanto para alguien ya familiarizado con Oesterheld como alguien que se acerca por primera vez a su obra.
Después de todo, HGO tuvo una vasta producción como guionista y escritor que se extendió durante más de 30 años y hay mucho de donde sacar.
Esa es mi forma amable de adelantarles que no todos los grandes comics del autor van a estar acá, están advertidos.
Sin más, arrancamos.
También conocida como Ticonderoga a secas, es una historieta situada en las treces colonias del imperio británico en Norteamérica que luego pasarían a convertirse en Estados Unidos.
En lo que sería una constante en la obra de HGO, la historia narra las aventuras de un grupo compuesto por Tincoderoga Flint, un joven adolescente que se destaca por su coraje y valor; Caleb Lee, el narrador de la historia y que cumple el rol de amigo-rival de ‘Ticón’; y Numokh “El-hombre-que-camina”, un nativo sabio, valiente y enigmático que les hará de mentor en su travesía que no solo es geográfica, sino también un rito de iniciación hacía la adultez.
En lo personal, la recomiendo para los ñoños Historia porque el setting es el de las guerras franco-indias y la revolución estadounidense. Si alguna vez leíste El último mohicano, viste El Patriota o jugaste el Assasin’s Creed 3, la ambientación te va a resultar más que familiar.
Además, en la edición que publicó Clarín a principios de siglo, hay un muy lindo prólogo del Negro Fontanarossa, que también repitió en la siguiente historia de este ranking.
Yendo por el palo de la ciencia ficción pura y dura tenemos a Sherlock Time, una reedición del tropo de la dupla resuelve misterios a lo Sherlock Holmes. De hecho, el propio Oesterheld no tiene problemas en blanquear esa relación en el primer capítulo.
Allí, ya se sintetiza muy bien la mezcla de géneros que lograría en esta tira y que Alberto Breccia ilustra como los dioses: hay un poco de terror, un poco de policial, algo de humor y mucha ciencia ficción de la vieja escuela.
A partir de entonces, Julio Luna; un jubilado que por accidente compró una vieja casa quinta en San Isidro que es mitad nave espacial; será el Watson del enigmático Sherlock Time quien lo llevará casi obligado a diferentes lugares del mundo y el espacio para vivir no tan desopilantes aventuras. El Rick & Morty para boomers que no sabías que necesitabas en tu vida.
Les propongo un juego para eventos sociales: cada vez que Sherlock Time diga “cosmonave” ustedes toman un shot de vodka.
Probablemente, el arco más memorable es el de la expedición a la Antártida. No solo porque es una buena historia en sí misma, sino también porque introduce elementos que después aparecerían en películas de un par décadas más tarde como Alien y La Cosa.
Fun facto: Es muy probable que la influencia para esa historia haya sido “At the Mountains of Madness” de H.P Lovecraft, publicado por primera vez en español por Editorial Minotauro en Buenos Aires en 1957 bajo el título “Las montañas alucinantes”. En fin, lo heredado no se roba.
Quizás esta sea la historia más polémica del ranking, básicamente porque se trata de un “piloto” o one-shot. Sin embargo, me parece que argumentos sobran para incluirlo en el top.
Primero, porque demuestra la amplitud de Oesterheld para desenvolverse en géneros por fuera de los que comúnmente se lo encasilla como el western, bélico y la ciencia ficción. Segundo, porque se trata de una historia que esboza un género que tendría su boom años más tarde: el de los crime labs a lo CSI.
Tercero, porque me arriesgo a decir que el diseño del personaje del Dr. Morgue, un tipo con el físico del Indio Solari y el humor negro de Dr. House, se volvió uno de los más reconocibles de su producción pese a su breve vida. Moraleja: al público no le gustan los protagonistas pelados, pero sí los recuerda.
Mi headcanon es que es el abuelo argentino de Yasushi Takagi.
Mi favorito personal cuando era chico, pues fanático de la Segunda Guerra Mundial. Apelando a un recurso que HGO uso infinidad de veces, las historias de Ernie Pike son presentadas y narradas por él, pero no protagonizadas. Es un corresponsal de guerra que se limita a contar los hechos que ocurren en los múltiples frentes de batalla.
El comic es a grandes rasgos una antología de historias situadas en la Segunda Guerra Mundial con un único hilo conductor: el fuerte tono pacifista de Oesterheld al comienzo de la Guerra Fría, cuando los horrores de la guerra todavía estaban frescos.
Durante los setenta, Oesterheld retomó la tira, pero ya situada durante la guerra de Vietnam, con un Pike más protagonista de los sucesos y explícitamente crítico al imperialismo norteamericano, un cambio que reflejaba su viraje ideológico.
Probablemente, sea el comic de HGO que mayor cantidad de ilustradores tuvo, con más de trece. Todos son buenos, pero a mi criterio personal las ilustraciones de los japoneses que hace Hugo Pratt tienen un nosequé que me encanta.
Se puede empezar por cualquier historia porque son todas autoconclusivas, pero mis favoritas son Tarawa, El amuleto, La patrulla y Kumba.
Se trata de una recomendación para los fanáticos más acérrimos de Oesterheld y por eso me pareció interesante incluirla como bonus track. A diferencia de todas las historias previas, Más allá de Gelo es un libro escrito en prosa. Más precisamente es una antología de cuentos de ciencia ficción, muy influenciada por Ray Bradbury pero con el sello personal de HGO.
A pesar de que en las historietas guionadas la narración escrita tiene un lugar preponderante, no es lo mismo leer un cómic que leer un cuento. Eso le da un ingrediente extra, porque no existe prosa de ficción escrita por él más allá de este libro y las novelizaciones de Bull Rocket, Ernie Pike y El Eternauta que editó Colihue.
De todas maneras, tampoco lo incluí oficialmente en el top porque si tengo que ser honesto, no todas las historias son superlativas: hay desde historias listas para salir a imprenta como borradores inconclusos y guiones de historietas nunca publicadas que claramente se hicieron para ganarse unos mangos.
¿Se acuerdan cuando dije que eran historias por fuera de El Eternauta? Bueno, mentí. Pero la razón de por qué mentí es porque El Eternauta 2 es un lugar incómodo dentro del canon por razones que no puedo contar, pues spoilers.
Históricamente se lo dejó de lado, como si fuera una especie de nota al pie en la carrera de HGO, algo que escribió cuando se había metido de lleno en Montoneros y a lo que no había que darle mucha pelota porque todo lo vinculado a la guerrilla y la lucha armada da escozor.
Ya creo que es hora de madurar y reconocer que se trata de la ficción más políticamente comprometida de Oesterheld, quien no tuvo reservas en transformar a su personaje más icónico en un nuevo símbolo de resistencia y lucha durante la dictadura genocida. Te puede gustar o no lo que hizo con el personaje, pero esa audacia para mí le da de cabeza el primer lugar en el top.
Además, se trata de una historia que es imposible de no leer en paralelo a lo que fueron esos últimos meses del autor: en la clandestinidad y con sus cuatro hijas, también militantes de Montoneros como él, ya desaparecidas por la dictadura.
Angustia y estremece de principio a fin, con un Juan Salvo con muchísimos más matices de los que generalmente se le reconoce, y con unos dibujos de Solano López que se acercan mucho más al lenguaje de la novela gráfica moderna.
Vayan a leerlo y después me dicen.