Sé por los que leyeron Dune que un día (spoiler alert) Paul se vuelve malo y que toda la saga es una crítica al mesianismo. Pero cuando vi la segunda película de Denis Villeneuve yo pensé en otra cosa. Porque hay un evidente juego de claroscuros entre un fanático como Stilgar, el líder político del Sietch Tabr, y una escéptica como Chani, la novia de Paul.
Pero estoy leyendo sobre la Teología de la Liberación y la forma en que una serie de sacerdotes retomaron la teoría marxista desde un lugar de fe para terminar apoyando la lucha armada a lo largo de toda América latina.
Y pienso. Chani es una fedaykin. Si no creyera en la locura de la garganta del sinsonte, si no creyera que en el monte se esconde el trino y la pavura, no lucharía. No, no toda fe es lo mismo que la religión organizada, no toda religión organizada es lo mismo, y no todo líder de mayor o menor jerarquía dentro de una religión organizada es igual, pero a mí el peronismo me devolvió la fe. Me cuesta mucho creer que el cielo está vacío cuando llega Nora Cortiñas a la plaza.
A veces pienso que quizás no creo en algo superior a lo humano sino que simplemente de a momentos, destellos de lo humano me abruman en su superioridad, que no es que haya algo más grande que nosotros sino que somos más grandes de lo que creemos cuando funcionamos en comunidad.
La princesa Irulán remarca en Dune que nada puede existir en el desierto de Arrakis sin fe.
En el mileísmo tampoco. Por eso, también, les conviene tanto vendernos que el realismo es equivalente al pesimismo. Que el optimismo es para tarados.
Todos mis espacios laborales, académicos, incluso este espacio, MECHA, se han convertido en profundamente políticos en este último tiempo. O quizás solo han revelado de manera muy evidente la dimensión política que atraviesa todo lo social. El otro día en uno de estos espacios terminamos debatiendo qué discurso debería haber sostenido el peronismo todos estos años sobre la lucha armada, y alguien dijo que evidentemente, los Montoneros y el ERP recurrieron a la violencia política porque en ese contexto, esa parecía ser la solución. Y, agrego: porque tenían fe.
Yo volví a esta fe difusa y extraña el año pasado en la campaña presidencial, porque familiares de desaparecidos de 80 años se subieron a subtes en movimiento a contar sus historias para evitar que gane Villarruel. Porque estaba muerta de miedo pero igual me levantaba todos los días, cada vez más temprano, a prender la compu, el canva, y hacer el afiche más feo que vayas a ver en tu vida. Porque una tarde que se largó el diluvio universal nos escondimos con CAIP en un cajero con la mesita, empapados y con frío, pero salió el sol e hicimos sobre una pared de Boedo una bandera gigante con papelitos celestes en los que los transeúntes escribían sus razones para votar contra Milei.
Tengo esperanza porque tengo fe y tengo fe porque sigo viva y con la sangre caliente. Juan Bonnin escribió un paper que sí, lo lamento, está en inglés, pero te lo resumo así nomás: hacemos ciencia social partiendo de y asumiendo plenamente un sesgo hacia la esperanza. Pero también porque tenemos razones empíricas para creer en esta esperanza. Sobran pruebas de que el espíritu humano es rebelde y no se rinde, en cualquier ámbito en el que desarrolles una investigación en ciencias sociales vas a encontrarte con ejemplos de viveza, irreverencia y el coraje. Salimos de una dictadura genocida porque un grupo de madres desafió la orden de no congregarse en espacios públicos caminando en círculos alrededor de una plaza. Aunque en la versión extendida de El retorno del rey el orco dientón le muestre a Aragorn supuestas pruebas de que Frodo está muerto y la Tierra Media, condenada, Aragorn igual marcha a los gritos y a las corridas a la Puerta Negra, a dejar su vida por la fe.
Tolkien era un católico preconciliar bastante rancio, pero en esto lo banco mucho. Mi principal esperanza, la prueba de mi fe (aunque digan que la fe no necesita pruebas), es que miro alrededor y mis amigos la están peleando. Incluso acá, al final de todas las cosas, la estamos peleando.
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