

Top 5: pelotudeces para hacer con la chota
Si sos millennial y te gusta la literatura, hay altas chances de que en algún momento te hayas encontrado con lo más perturbador que escribió Chuck Palahniuk (lo cual es decir mucho): “Guts”, un cuento sobre un chico que se hace la paja más peligrosa de su vida y male sal.
(Como nota al margen, si querés traumatizarte este verano leyendo, te dejo tres recomendaciones: “El rey de amarillo”, cuento que da nombre a una antología de Robert W. Chambers, para los pibes A24; “La lotería”, de Shirley Jackson, cuyo parentezco con nuestro presente se te va a hacer pronto evidente; y “El chico sucio”, de Mariana Enríquez, porque ya es parte del folklore porteño)
Pero volviendo a lo que nos convoca:
el zodape
el trozo
la sin hueso
la que llora espeso.
Es sabido que una de las características principales definitorias del hombre cis heterosexual es que es muy probable que a lo largo de su vida, al menos una vez, introduzca el elemento en un lugar indebido. En general ese lugar es la hamburguesita de la cuñada o en el peor caso, de un gato de la SIDE.
Pero para todo lo demás, tenemos los relatos de los médicos.
Así que, señoras, señores, y todo lo que hay en el medio, les presento, sin más pompa, mi top cinco de accidentes peneanos ridículos del 2024. Hagamos un countdown:
5) El hagovero: atarse una soga alrededor del pene por dos días para “probar un punto”.
Nótese que la imagen ilustrativa evidencia el tamaño aproximado del pene de alguien que te dice “perdimos por decirle elle al gato”.
4) El padre progresista : golpearse al propio amigo con una sartén.
Se podría argumentar que estaba haciendo cosplay de Tangled…
… o intentando preparar un desayuno norteamericano. En cualquier caso, seguro hay un nicho en el porno para una chota moretoneada. Si no miren la carrera de John Wayne Bobbitt.
3) El exótico: pincharse las bolas limpiando la jaula del puercoespín.
Estoy segura de que esto apareció en algún episodio de Jackass. O de Jeff Corwin. O de ambos. Está muy bien amar a los animales, pero no así.
2) El retro: se le atascó un CD en la pija.
Lo bueno es que ahora tiene un escudo incorporado. Está listo para invadir monasterios en Northumbria.
Y el oro va para…
1) El sapo en la licuadora: el paciente caminó chota en alto hacia un ventilador de pie prendido.
No quiero imaginarme cómo hizo para limpiar los pedazos del techo. Ojalá tenga una buena mopa.
Bueno amiguitos, eso es todo por hoy. Y ya saben, no hace falta bañar de leche cualquier hamburguesita. Sobre todo si la hamburguesita es un Liliana cinco paletas tres velocidades con cabezal rotador.